BRASILIA, 10 dic (NNN-CUBADEBATE) — El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil anunció que la deforestación de la Amazonía se redujo en un 68 por ciento en noviembre de 2023, en relación con el mismo mes del año pasado. Se trata del mejor dato mensual desde que se inició el monitoreo en 2015.
De acuerdo con el INPE, la superficie deforestada en la Amazonía brasileña entre enero y noviembre de 2023 fue de 4.976,7 kilómetros cuadrados, lo que representa una disminución de más del 50 por ciento respecto a los 10.048,5 kilómetros cuadrados de 2022. Este es también el nivel más bajo en los últimos cinco años, solo superado por el de 2018, cuando se deforestaron 4.884,2 kilómetros cuadrados.
Sin embargo, el informe del INPE, que depende del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Brasil, advierte que la situación es diferente en El Cerrado, la segunda mayor ecorregión del país, caracterizada por sabanas, bosques y pastizales. En noviembre de 2023, la deforestación en El Cerrado aumentó en un 238 por ciento en comparación con el mismo mes de 2022, alcanzando el peor registro mensual de la historia.
El INPE detectó alertas de deforestación en 571,6 kilómetros cuadrados de El Cerrado, mientras que entre enero y septiembre de 2023, el área destruida fue de 4.302 kilómetros cuadrados, poco más de la mitad de los 8.590 kilómetros cuadrados del mismo periodo de 2022.
El informe señala que la región sufre actualmente una sequía severa, agravada por el fenómeno de El Niño, que ha bajado el nivel de los ríos y ha puesto en alerta a las autoridades.
La Amazonía brasileña es una región que abarca la selva tropical de la cuenca del río Amazonas en el norte de Brasil. Es la selva tropical más grande y biodiversa del mundo, con una superficie de unos 4,2 millones de km², que representa el 60% de la Amazonía sudamericana y el 40% del territorio brasileño. La Amazonía brasileña alberga a más de 30 millones de personas, incluyendo a unos 350 pueblos indígenas que hablan más de 180 lenguas diferentes.
Es también una región de gran importancia ecológica y económica, ya que contribuye a la regulación del clima global, al ciclo del carbono y al suministro de agua dulce. Además, posee una riqueza de recursos naturales, como madera, minerales, plantas medicinales y alimentos. Sin embargo, la Amazonía brasileña enfrenta graves amenazas, como la deforestación, la minería ilegal, los incendios forestales, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Estos problemas afectan no solo al medio ambiente, sino también a los derechos y el bienestar de las poblaciones locales.
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