Manila, 29 nov (NNN-TELESUR) — El Gobierno de Filipinas y los rebeldes autodenominados comunistas anunciaron el martes que acordaron reanudar las conversaciones de paz para poner fin a una insurgencia de décadas.
El comunicado expresa que “las partes acuerdan una resolución pacífica y basada en principios del conflicto armado”, se afirma en una declaración conjunta emitida por ambas partes y firmada en la capital noruega de Oslo el 23 de noviembre, aunque recién hecha pública.
En ese mismo sentido, el texto expresa que “Las partes reconocen los agravios socioeconómicos y políticos profundamente arraigados y acuerdan elaborar un marco que establezca las prioridades para la negociación de paz”.
La lucha armada en curso, iniciada en 1969 y en su apogeo en la década de 1980, cuando el grupo rebelde contaba con unos 26.000 combatientes, un número que, según los militares, ahora se ha reducido a unos pocos miles.
Sin embargo, desde 1986, sucesivas administraciones filipinas han mantenido conversaciones de paz con el grupo rebelde a través de su brazo político con sede en los Países Bajos, el Frente Democrático Nacional (NDF).
La elección en 2016 del expresidente Rodrigo Duterte, un autoproclamado socialista, dio un impulso a las conversaciones de paz.
Pero Duterte las interrumpió oficialmente en 2017, declarando al grupo una “organización terrorista” y acusándolos de matar a policías y soldados mientras las negociaciones estaban en curso.
No obstante, en los últimos años, el gobierno ha afirmado que cientos de rebeldes se han rendido a cambio de asistencia financiera y oportunidades de ganarse la vida.
Todavía se producen enfrentamientos mortales en algunas partes del país del sudeste asiático, que también está plagado de grupos que secuestran para pedir rescate y movimientos secesionistas en la región sur.
— NNN-TELESUR