LIMA, 16 oct (NNN-TELAM) — El empresario Daniel Noboa se impuso en la segunda vuelta del domingo de Ecuador y se alzó con la presidencia, por lo que completará el mandato de Guillermo Lasso y se convertirá, además, en el jefe del Estado más joven en la historia del país.
Con una breve participación en política -apenas dos años como asambleísta-, Noboa conseguía 52,30 % de los votos, escrutado 92,98% de las actas, y se quedó de esa manera la jefatura del Estado, el objetivo que nunca pudo cumplir su padre, considerado uno de los hombres más ricos del país y con cinco derrotas en las urnas.
La correísta Luisa González, de Revolución Ciudadana (RC), en tanto, sumaba 47,70% de los sufragios y su derrota era irreversible.
De hecho, la propia González expresó sus “felicitaciones profundas” a Noboa, “porque esto es la democracia”.
“A los que no votaron por nosotros, también nuestras felicitaciones, porque votaron el ganador; nunca llamamos a incendiar una ciudad y nunca gritamos fraude”, dijo la candidata derrotada en su primer discurso tras los comicios, y aseguró que se proponía llamar por teléfono a Noboa para “felicitarlo”.
Un rato más tarde, el presidente electo se manifestó en la red X: “Hoy hemos hecho historia, las familias ecuatorianas eligieron el nuevo Ecuador, eligieron un país con seguridad y empleo”, dijo.
“Vamos por un país de realidades donde las promesas no se queden en campaña y la corrupción se castigue; gracias, Ecuador”, agregó.
El resultado, de alguna manera, marca una revancha tardía: en 2006, el magnate Álvaro Noboa le ganó la primera vuelta a Rafael Correa, pero en la segunda el triunfo le correspondió al ahora expresidente; esta vez, un Noboa le ganó a la elegida por Correa para encabezar la fórmula de RC.
Noboa asumirá en diciembre -no está resuelta la fecha- y tendrá un cuadro por demás complejo: a los inéditos índices de inseguridad se le suma un difícil cuadro socioeconómico, con altos niveles de pobreza y desempleo.
Para peor, la Asamblea Nacional (AN, parlamento) repetirá una característica de los últimos legislativos del país: una marcada fragmentación, en medio de la cual el futuro presidente tendrá una bancada muy menor, lo que lo obligará a negociaciones y la búsqueda de consensos.
— NNN-TELAM