NACIONES UNIDAS, 11 oct (NNN-UNIS) — Los continuos brotes de la violencia entre pandillas en distintos barrios de Puerto Príncipe, en Haití, han forzado a decenas de miles de personas a abandonar sus hogares, asentándose en albergues improvisados donde enfrentan condiciones mucho más vulnerables que en sus antiguos hogares.
Para garantizar a estas personas un mejor alojamiento y protección, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el gobierno haitiano solicitaron ele martes 21 millones de dólares a la comunidad de donantes.
El jefe de la misión de la OIM en Haití explicó que el desplazamiento “pone en grave peligro la salud, la seguridad alimentaria y económica de las personas, las expone a la violencia de género y ejerce presión sobre las infraestructuras locales y la cohesión social en las comunidades de acogida”.
Philippe Branchat detalló que las personas desplazadas actualmente en Haití suman casi 200.000, y de ellas unas 70.000 se encuentran en asentamientos espontáneos y frágiles, 31.000 duermen al aire libre y 34.000 se hacinan en aulas.
Muchas familias no pueden cubrir sus necesidades básicas y los refugios inadecuados y las condiciones de hacinamiento exacerban aún más las tensiones, contribuyendo a la violencia y aumentando el riesgo de agresiones sexuales.
La agencia de la ONU señaló que la capacidad de las familias de acogida para apoyar a la población desplazada se ha agotado dado lo prolongado de la crisis, ocasionando nuevos desplazamientos y mayor precariedad.
En seis meses, el porcentaje de desplazados que se alojan con familias de acogida cayó del 75% al 55%, mientras que el número de los que se encuentran en centros colectivos ha aumentado del 25% al 45%.
Para agravar aún más la situación, más de 115.000 haitianos han sido retornados por la fuerza desde países vecinos en 2023, muchos de ellos carecen de identificación adecuada, lo que complica su reintegración.
— NNN-UNIS