NACIONES UNIDAS, 25 sep (NNN-UNIS) — La agencia sanitaria de la ONU y el Gobierno de Canadá esperan llegar a unos 10 millones de personas en la región durante los próximos cinco años a través de un paquete de medidas que incluye cirugía, antibióticos y mejoras de las condiciones higiénicas y medioambientales. La enfermedad afecta de forma desproporcionada a las mujeres de zonas de bajos recursos y a las poblaciones indígenas.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó el viernes que ha puesto en marcha, en colaboración con el Gobierno de Canadá, una iniciativa para eliminar el tracoma, una enfermedad ocular infecciosa y principal causa de ceguera entre mujeres de zonas de bajos recursos y remotas de América Latina.
A través de una contribución de 15 millones de dólares canadienses (11,2 millones de dólares estadounidenses) proporcionada por el Ejecutivo, la agencia de la ONU emprenderá acciones en diez países de América Latina a fin de reforzar la vigilancia y ampliar el tratamiento de la enfermedad. El objetivo es llegar a unos 10 millones de personas en los próximos cinco años.
La colaboración fue anunciada el pasado jueves por el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, como parte de los esfuerzos del país para respaldar el avance en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
“Agradecemos al Gobierno de Canadá por esta contribución, que ayudará a prevenir la discapacidad visual y la ceguera causadas por el tracoma en las Américas”, señaló el director de la OPS.
Jarbas Barbosa añadió que “esta iniciativa hará avanzar aún más nuestro objetivo de eliminar las enfermedades prevenibles que afectan desproporcionadamente a las poblaciones más vulnerables y en situación de pobreza de nuestra región, como el tracoma, para el 2030”.
Causado por la bacteria Chlamydia trachomatis, el tracoma se transmite tanto por moscas como por contacto directo con las secreciones oculares de personas infectadas. La enfermedad afecta principalmente a aquellos que viven en condiciones de extrema pobreza. Entre los factores que favorecen la transmisión figuran el hacinamiento y las malas condiciones de higiene y sanitarias.
La agencia señaló que el tracoma es endémico en muchas zonas rurales, pobres y remotas del mundo, incluyendo Brasil, Colombia, Guatemala y Perú, donde afecta a casi 5,6 millones de personas. En América Latina, las poblaciones indígenas de la cuenca del Amazonas se ven afectadas de manera desproporcionada.
La colaboración entre la agencia de la ONU y Canadá se enfocará en las poblaciones de riesgo de esos países, y acelerará la implementación del paquete integrado de intervenciones para el tracoma.
Este paquete incluye cirugía para prevenir la discapacidad visual y la posible ceguera, antibióticos para reducir la infección, limpieza facial para prevenir la infección y mejoras medioambientales para disminuir la transmisión.
Los expertos estiman que las mujeres tienen el doble de probabilidad de verse afectadas por esta enfermedad y hasta cuatro veces más probabilidades que los hombres de quedar ciegas a causa del tracoma. Esto se debe a una combinación de factores, que incluyen los roles tradicionales de cuidado basados en el género en las comunidades endémicas, la falta de educación y el acceso limitado a servicios básicos de salud.
Con el objetivo de avanzar en la eliminación de la enfermedad en la región, Bolivia, Ecuador, El Salvador, Haití y Venezuela también recibirán apoyo para fortalecer la vigilancia y determinar si el tracoma constituye un problema de salud pública entre las poblaciones que viven en condiciones de vulnerabilidad en esos países.
México, que se convirtió en el primer país de América Latina en eliminar el tracoma como problema de salud pública en 2017, recibirá apoyo para la implementación de acciones de vigilancia con el fin de prevenir la reaparición de la enfermedad.
La agencia señaló que, además del tracoma, hay otras enfermedades infecciosas desatendidas. Se trata de un grupo diverso de 20 enfermedades parasitarias, bacterianas y fúngicas que tienen un impacto sanitario desproporcionado en las poblaciones en situación de vulnerabilidad, incluidas las minorías étnicas. Los factores de riesgo incluyen la pobreza, la desigualdad de ingresos, la falta de acceso al agua potable y saneamiento adecuado, así como barreras a la educación y los servicios de salud, entre otros.
— NNN-UNIS