ESTAMBUL, 2 de abril (NNN-ANDINA) — El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, sufrió el lunes un duro revés, inédito en 16 años de poder, ya que los resultados parciales de las elecciones locales de la víspera apuntan a que su partido perderá Estambul, después de ser derrotado en Ankara.
Estos comicios, en los que los turcos eligieron a sus alcaldes, concejales municipales y jefes de barrio (“muhtar”), representaron un test para Erdogan.
El presidente se dejó la piel en la campaña para evitar un voto de sanción contra su partido, el AKP, en un momento en que el país atraviesa una tormenta económica, con altas tasas de inflación y desempleo.
Aunque el partido de Erdogan consiguió a nivel nacional 51% de los votos, la oposición ganó en Ankara y todo parece indicar que también vencerá en Estambul, que el AKP y sus predecesores islamistas controlaban desde hacía 25 años.
En Estambul, la joya de la corona de Erdogan, de la que fue alcalde y que ha convertido en escaparate de sus proyectos de infraestructuras, el candidato de la oposición, Ekrem Imamoglu, encabeza por muy leve margen los resultados, por delante del candidato oficialista, el ex primer ministro Binali Yildirim.
El presidente del Consejo Electoral Supremo (YSK), Sadi Güven, indicó el lunes que Imamoglu superaba a Yildirim por unos 28.000 votos, según los resultados parciales, en una ciudad de 15 millones de habitantes.
La agencia de prensa estatal Anadolu le atribuía el lunes a Imamoglu 48,79% de los votos contra 48,51% para Yildirim, con el 99% de las urnas escrutadas.
Sin esperar los resultados definitivos, Imamoglu actualizó el lunes su biografía en Twitter, presentándose como “alcalde de la municipalidad metropolitana de Estambul”, y añadió que quería “empezar lo antes posible a servir a los estambulitas”.
Yildirim, quien el domingo por la noche reivindicó la victoria, admitió el lunes que su adversario “parece haber recibido 25.000 votos más”, aunque aseguró que “el recuento de votos seguía en curso”.
Sea cual sea el resultado de la batalla de Estambul, Erdogan ya ha sufrido un notable revés al perder la capital, Ankara.
Según Anadolu, en la capital, el candidato de la oposición, Mansur Yavas, encabezaba el recuento con 50,90% de los votos, contra 47,06% para el oficialista, Mehmet Özhaseki, con el 99% de las urnas escrutadas.
Özhaseki declaró el lunes que se tenía que “respetar la decisión de las urnas”, pero afirmó que su partido estaba interponiendo los recursos para contestar “errores muy evidentes” cometidos, según él, en varios colegios electorales.
“Veremos en los próximos días hasta qué punto todo esto influye en el resultado final”, añadió.
El AKP pidió el lunes reexaminar la validez de decenas de miles de papeletas consideradas como nulas. Según Anadolu, 290.000 votos han sido contados como nulos en Estambul y 90.000 en Ankara.
La oposición, que teme fraudes, pidió a los observadores que no dejen los colegios electorales, aunque “no tengan que dormir en 48 horas”.
Si la victoria de Imamoglu se confirma en Estambul, la oposición controlará las tres principales ciudades de Turquía, junto a Ankara e Izmir (oeste), por primera vez en 25 años.
En estas elecciones se enfrentaron dos coaliciones: por un lado el AKP de Erdogan y sus aliados ultranacionalistas del MHP; y, por otro, los socialdemócratas del CHP y el partido de derecha Iyi.
Los resultados obtenidos por la oposición en Ankara y Estambul son notables, porque el AKP se ha beneficiado de una cobertura aplastante en los medios de prensa, muchos de ellos controlados por el poder.
Pero la situación económica ha acabado por afectar al AKP y muchos electores entrevistados por la AFP en Estambul y Ankara expresaron su preocupación al respecto.
Tras años de crecimiento económico, que permitieron al AKP sucesivas victorias desde 2002, hoy Turquía vive su primera recesión en diez años, una inflación récord y un desempleo en alza.
“La crisis económica ha hecho daño a sus electores” explica Berk Esen, profesor asociado de la universidad Bilkent, en Ankara.
“Erdogan obtuvo el apoyo de su base al prometer que la estabilidad política aportaría prosperidad económica”, dice Esen. “Pero ni una cosa ni la otra han sido obtenidas bajo sus mandatos”.
— NNN-ANDINA