NACIONES UNIDAS, 1 jul (NNN-UNIS) — En respuesta a los devastadores incendios de 2022 en el Parque Rapa Nui, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) hizo un diagnóstico detallado de los daños en las piezas arqueológicas, concluyendo que se necesitan intervenciones a corto plazo para proteger y preservar este sitio patrimonial de renombre mundial.
Los incendios, que tuvieron lugar en octubre de 2022, afectaron principalmente al sitio Rano Raraku, conocido por ser la cantera de fabricación de los moai, las emblemáticas estatuas de Rapa Nui (también conocida como Isla de Pascua, Chile).
Según el diagnóstico, como resultado del fuego, muchos bienes arqueológicos fueron sometidos a altas temperaturas, amenazando su preservación. Asimismo, se encontraron otros factores de daño de diverso origen. Debido a todas estas causas, hay alteraciones graves en 22 moai, que deben ser tratados pronto.
Para abordar la crisis, la UNESCO, en colaboración con la comunidad indígena Mau Henua, entidades gubernamentales y la sociedad civil, inició acciones de respuesta para evaluar los daños y desarrollar un plan de gestión de riesgo para el sitio Rano Raraku que forma parte del sitio chileno de Patrimonio Mundial.
La representante de la UNESCO en Chile, Claudia Uribe, subrayó la importancia de una acción coordinada para proteger el valioso patrimonio de la isla.
“La conservación y gestión adecuada de este legado cultural son fundamentales para el pueblo Rapa Nui y para la humanidad dado su inmenso valor patrimonial”, dijo Uribe.
El plan no sólo busca diagnosticar el estado de conservación del sitio después de los incendios, sino también fortalecer las capacidades locales para prevenir futuros desastres y responder de manera coordinada y oportuna ante cualquier calamidad futura con el fin de proteger los valiosos bienes culturales y arqueológicos del sitio.
El diagnóstico, elaborado por un equipo multidisciplinario, se basó en registros previos realizados en Rano Raraku y estableció una metodología que permitió evaluar los 358 elementos arqueológicos del sitio en una escala numérica de acuerdo con la extensión e intensidad de la alteración de los recursos afectados.
Según los especialistas, los agentes de alteración incluyen, además de los incendios, factores climáticos, hídricos, biológicos y antrópicos directos.
Se identificaron diferentes síntomas de alteración en los bienes arqueológicos, como cambios de coloración, erosión, presencia de vegetación, líquenes y deplacamiento. El diagnóstico destaca que la erosión causada por factores climáticos e hídricos es la alteración más recurrente y perjudicial, ya que afecta la forma y los rasgos estilísticos de los moai.
Los expertos, además, enfatizaron la necesidad de intervenir aquellos bienes arqueológicos con niveles altos de alteración a corto plazo, para lo que propusieron técnicas de control del biodeterioro, consolidación e hidrofugación, así como la implementación de medidas para prevenir y mitigar incendios forestales en el área.
— NNN-UNIS