NACIONES UNIDAS, 18 may (NNN-UNIS) — Cada año mueren en el mundo 1,3 millones de personas como consecuencia de accidentes de tráfico y millones más resultan heridas. El África subsahariana es la región del mundo más afectada, con una tasa de 27 víctimas mortales por cada 100.000 habitantes.
La carretera es la principal causa de muerte entre los jóvenes africanos, por lo que los gobiernos de todo el continente han decidido emprender una nueva dirección común, con motivo de la Semana de la Seguridad Vial, que se celebra del 15 al 21 de mayo.
Las cada vez más sombrías estadísticas de accidentes impulsaron a pasar a la acción, entre ellas figuran dos accidentes de autobús que el pasado mes de enero se cobraron 62 vidas en Senegal. En la vecina Costa de Marfil, el número diario de accidentes de tráfico mortales ha aumentado a 46, por 12 en 2012.
El África subsahariana, la región del mundo más afectada por los accidentes de tráfico, tiene una tasa de 27 víctimas mortales por cada 100.000 habitantes. Esta cifra es tres veces superior a la media europea de nueve por cada 100.000, y muy por encima de la media mundial de 18 por cada 100.000, según indican las cifras de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEPE), que gestiona 59 de los instrumentos jurídicos de la Organización en materia de transporte terrestre, incluidos los convenios de las Naciones Unidas sobre seguridad vial.
Según los registros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren en el mundo 1,3 millones de personas como consecuencia de accidentes de tráfico y millones más resultan heridas.
Según explicó el enviado especial del secretario general de la ONU para la Seguridad Vial, Jean Todt, que acaba de regresar de una visita a las calles y carreteras de África Occidental, en África las muertes por accidentes de tráfico representan aproximadamente una cuarta parte del número mundial de víctimas, a pesar de que el continente apenas cuenta con el 2% del parque automovilístico mundial.
Durante sus reuniones con las autoridades y la sociedad civil de Senegal y Costa de Marfil, Todt afirmó que una inversión adecuada en materia de seguridad vial puede salvar vidas.
De momento, los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil, con la ayuda del Fondo para la Seguridad Vial de las Naciones Unidas, se están asociando en un nuevo proyecto que, en última instancia, pretende reducir las muertes por accidentes de tráfico y garantizar la seguridad de los vehículos.
La iniciativa presenta una serie de normas para la exportación e importación de vehículos usados en África, sobre todo en lo que respecta a la reglamentación y las inspecciones técnicas. Uno de los objetivos es importar vehículos más seguros y respetuosos con el medio ambiente en África para evitar trágicos accidentes.
El proyecto, que es el primer sistema africano de regulación armonizada de vehículos usados importados, tendrá un “impacto significativo” en el medio ambiente, la salud y la seguridad vial, según la agencia.
Aparte del accidente mortal de Senegal, otra colisión en la que se vio envuelto un autobús causó 14 muertes y 70 heridos en la localidad de Yamusukro, en Costa de Marfil. Una colisión similar mató a 25 personas en el norte de la ciudad de Abiyán, el pasado mes de agosto.
Estos siniestros con autobuses pusieron de manifiesto la obsolescencia de las flotas de vehículos en ambos países, así como la falta de control técnico y el incumplimiento del código de circulación.
La Comisión señaló que abordar la obsolescencia de las flotas de vehículos requiere una atención especial en África Occidental, y añadió que Senegal y Costa de Marfil dependen principalmente de las importaciones de vehículos de uso generalizado.
La edad media de la flota de vehículos en Senegal en 2016 era de 18 años, con un 40% de más de 20 años, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Senegal promulgó en 2001 un decreto que limitaba la antigüedad de los coches importados a cinco años, y lo modificó en 2012 a ocho años, según la CEPE.
Otro de los aspectos en los que se está trabajando es la protección de los usuarios más vulnerables de la vía pública, es decir, los peatones y los ciclistas, que a menudo son también los más pobres y los más jóvenes. De hecho, África tiene la mayor proporción de víctimas mortales entre ciclistas y peatones, con un 44% del total de muertes en carretera.
Aparte de la tragedia humana que suponen, los accidentes de tráfico atrapan a los países en un círculo vicioso de pobreza. Según el Banco Mundial, el coste de los accidentes de carretera representa el 8% del PIB anual de Senegal y el 7,8% del de Costa de Marfil.
La conducción bajo los efectos del alcohol, el exceso de velocidad, la somnolencia, la imprudencia, la falta de uso del cinturón de seguridad y del casco, y el incumplimiento de las normas de tráfico son las principales causas de accidentes de tráfico en África.
Otros factores que contribuyen a ello son el envejecimiento de la flota de vehículos del transporte público, la falsificación de licencias, el incumplimiento de las sanciones y la escasez de inspecciones técnicas rigurosas.
Entre las soluciones figuran la necesidad de potenciar los servicios sanitarios para las víctimas de accidentes y la adhesión a la Carta Africana de Seguridad Vial y a las Convenciones Básicas de la ONU sobre Seguridad Vial. La concienciación también desempeña un papel clave, según la CEPE.
Tras los trágicos accidentes de enero, Senegal anunció nuevas medidas para aumentar la seguridad vial. Entre ellas, un plan nacional de seguridad vial con 22 acciones destinadas a reducir el número de muertos y heridos graves al menos a la mitad.
Las medidas van desde el refuerzo de los controles en carretera hasta la limitación de la circulación de vehículos de transporte público. También prohíbe importar neumáticos usados, ofrece un control técnico gratuito en Dakar para los vehículos de transporte y mercancías, y la apertura de centros de control técnico en todo el país.
En Costa de Marfil, las nuevas iniciativas consisten en endurecer las leyes de seguridad vial, crear un cuerpo de policía de tráfico y una nueva agencia gubernamental. Tras varios accidentes mortales en el norte del país, el Gobierno decidió en 2021 imponer el uso del casco a todos los ciclistas.
Los compromisos están ahí, ya sea en Senegal o en Costa de Marfil, dijo la CEPE, añadiendo que lo que queda es la parte más difícil: la aplicación y la medición de los progresos.
— NNN-UNIS