NACIONES UNIDAS, 16 dic (NNN-UNIS) — Unos 55 millones de personas de los pueblos originarios sufren desproporcionadamente los efectos de la crisis de la COVID-19, indica la agencia laboral de la ONU, destacando su falta de acceso a los servicios de salud, educación, seguridad social y participación política, además de su sobrerrepresentación en la economía informal y los segmentos más pobres de la población.
En América Latina y el Caribe viven casi 55 millones de mujeres y hombres indígenas, que constituyen el 8,5% de la población, que han carecido históricamente de acceso a servicios básicos y cuya vulnerabilidad se acentuó con la crisis provocada por la pandemia de COVID-19, apuntó el jueves la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La nueva publicación de la OIT Panorama laboral de los pueblos indígenas de América Latina señala que la precariedad de los más de 800 pueblos indígenas de la región evidenciada por la pandemia replanteó el desafío de logar una mejor cobertura de los sistemas de protección social.
El estudio destaca la sobrerrepresentación de los pueblos indígenas en la economía informal y en los segmentos más pobres de la población, su bajo acceso al trabajo decente y las dificultades que enfrentan para obtener educación y participar políticamente.
La OIT señala que el 52% de los indígenas ha migrado a los centros urbanos ya sea en busca de mejores oportunidades y mayores ingresos o debido a que se les ha despojado de sus tierras o a que el cambio climático, el deterioro ecológico, conflictos y violencia los han obligado a hacerlo.
En el apartado sobre empleo, la agencia reportó que el 85% de los indígenas de la región se desempeña en la economía informal, una cifra muy superior al 50% de la proporción del total de la población que trabaja.
“Los trabajadores indígenas tienden a ser más autónomos o trabajadores familiares no remunerados que el resto de la población. De acuerdo con los datos disponibles el 16% de los indígenas en edad de trabajar están en el trabajo familiar no remunerado, el porcentaje para sus contrapartes no indígenas es del 4%”, revela el documento.
Con respecto a los sueldos, apunta que América Latina es la región con la mayor brecha de ingresos laborales y precisa que los salarios de los indígenas equivalen a un 33% de los que perciben los no indígenas.
La OIT consideró que para corregir la relegada situación de los pueblos indígenas en la esfera laboral es imperativo garantizar su acceso a oportunidades de trabajo decente y a la protección social.
Agregó que reducir las desigualdades y vulnerabilidades que asolan a las comunidades originarias urge establecer sistemas de protección social que consideren las características de estos pueblos.
— NNN-UNIS