Aumenta el cultivo de opio en Afganistán en 2022

NACIONES UNIDAS, 2 nov (NNN-UNIS) — La cosecha de opio de 2022 en Afganistán es la más rentable que se ha registrado en años, con un crecimiento de casi un tercio con respecto al año anterior y en un entorno de precios muy elevados, reportó el martes un nuevo informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), destacando que esta siembra ha ocurrido pese a la grave crisis humanitaria y económica que vive el país.

Foto: IRIN/Abdullah

El opio es esencial para la fabricación de heroína y para los opioides analgésicos que los médicos de todo el mundo recetan a millones de personas y cuyo abuso ha generado problemas graves de adicción en países como Estados Unidos, donde su consumo se considera ya una epidemia.

El estudio de la UNODC precisó que el cultivo de amapola este año aumentó en un 32 %, a 233.00 hectáreas. La cosecha se puede convertir en hasta 380 toneladas de heroína de calidad de exportación con una pureza del 50 al 70%.

El cultivo de opio se concentró en las zonas del sur y occidente del país, donde se localizó el 73% de la superficie sembrada. La provincia de Helmand dedicó una quinta parte de su tierra cultivable a la plantación de amapola.

La directora ejecutiva de la Oficina, Ghada Waly, afirmó que los agricultores afganos están atrapados en la economía ilícita de los opiáceos y que el tráfico de éstos no cesa.

En su primera publicación sobre el cultivo de opio en Afganistán desde la toma del poder por los talibanes en agosto de 2021, la agencia recordó que éstos dictaron una prohibición estricta de la siembra del narcótico en abril pasado, aunque la cosecha de este año estuviera exenta del decreto.

Ahora, los agricultores deben decidir si volverán a producir opio toda vez que no saben qué harán las autoridades de facto para que se respete la prohibición. La cosecha para 2023 tendría que sembrarse a principios de este noviembre.

Según la UNODC, si la prohibición del opio se aplicara a cabalidad, tendría un impacto múltiple exacerbando la de por sí grave situación de la población rural al disminuir drásticamente las oportunidades económicas ya limitadas, y aumentando la necesidad de asistencia humanitaria y ayudas para paliar los efectos de la pérdida de ingresos en el corto plazo.

Además, quienes pierdan ingresos por la producción de opio podrían volcarse hacia otras actividades ilícitas como la fabricación de metanfetaminas, a menos que también se prohibieran.
— NNN-UNIS

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