PRAGA, 8 oct (NNN-CUBADEBATE) – Cómo y a quién imponer un tope al precio del gas importado por la UE. Este era el gran elefante en la sala del castillo de Praga que acogió el viernes la cumbre informal de los 27 jefes de Estado y de Gobierno europeos. El consenso se sustenta en que hay que poner freno al precio disparado del gas. La división, como viene siendo habitual en el seno europeo, es el cómo hacerlo.
La UE no llega a un consenso en este sentido. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha detallado en rueda de prensa que presentará propuestas más concretas en esta dirección en las próximas semanas.
Al tratarse de un Consejo informal, los líderes no podían tomar decisiones por escrito, pero sí llegar a un acuerdo político. Y no ha sido el caso. La gran batalla se traslada ahora al Consejo Europeo ordinario del próximo 20 y 21 de octubre.
“El próximo Consejo será una importante fecha límite”, aventura ya la presidencia checa del Consejo. “Será extremadamente importante”, ha coincidido Charles Michel, presidente del Consejo Europeo.
La cita llegaba precedida por el choque entre dos bloques. El de 15 países liderado por España, Francia o Bélgica que buscan un límite a todo el gas, proceda de donde proceda y tanto al importado a través de tuberías como el gas natural licuado (GNL) que llega en barcos.
En el otro frente, Alemania y Países Bajos solo aceptan intervenir el coste del gas que sale de Rusia. Su razón de fondo es que prefieren pagar un precio más alto para no poner en riesgo el suministro energético.
Ya lo anticipaba Josep Borrell, alto representante de Asuntos Exteriores de la UE, a su llegada a la cita: La energía se está convirtiendo en el problema geoestratégico más importante hoy.
Los 27 tenían sobre la mesa diferentes iniciativas para suavizar la factura de la luz de sus consumidores y empresas, como modificar el índice de Facilidad de Transferencia de Títulos (TTF), un mercado virtual con sede en Países Bajos en el que se compra y vende gas, una compra conjunta de gas o la extensión de la excepción ibérica al conjunto de la UE.
El cronómetro hacia el invierno corre y a la UE se le agota el tiempo y la próxima cumbre se anticipa caliente. “Hay un apoyo amplio en que en la próxima primavera tengamos una compra conjunta de gas para evitar una carrera entre nosotras”, ha señalado la líder del ejecutivo comunitario.
De momento, la cita de Praga deja los mismos interrogantes. Desde el estallido de la guerra, los europeos han reducido la dependencia del gas ruso del 41% al 7.5%. Y sus reservas de gas bombean en estos momentos al 90%. Pero la volatilidad del mercado energético y los miedos a la escasez de suministro se ciernen no solo sobre este verano, sino sobre los próximos.
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