Unos 50 millones de personas viven en situación de esclavitud, según la OIT

GINEBRA, 13 sep (NNN-AGENCIAS) — En pleno siglo XXI viven en situación de esclavitud alrededor de 50 millones de personas en todo el planeta, según las últimas estimaciones publicadas el lunes por Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Foto: Unicef

Del total, 28 millones son víctimas de trabajos forzados y el resto, 22 millones, viven atrapadas en matrimonios forzados.

La OIT subrayó que las cifras no pararon de crecer durante los últimos cinco años, con diez millones más de personas en situación de esclavitud moderna en comparación con las estimaciones mundiales de 2016.

El informe del organismo especializado destaca que el fenómeno de la esclavitud moderna aparece en casi todos los países del mundo y trasciende líneas étnicas, culturales y religiosas.

Más de la mitad (52%) de todos los trabajos forzados y una cuarta parte de todos los matrimonios forzados se producen en países de renta media-alta o alta.

De acuerdo con las estimaciones actualizadas, la mayoría de los casos de trabajo forzoso (86%) se localizan dentro de la economía privada, mientras que el 14% restante se da en el ámbito estatal.

Un 63% de los afectados por esta forma de explotación trabaja en diversos sectores y un 23% se desempeña en la explotación sexual comercial forzosa, un área en la que casi cuatro de cada cinco personas son mujeres o niñas.

El número total de mujeres y niñas en situación de trabajo forzoso suma 11.8 millones, mientras que el número de niños que lo padecen y tampoco acuden a la escuela supera los 3.3 millones.

En 2021 había diez millones más de personas en situación de esclavitud moderna en comparación con las estimaciones mundiales de 2016. Las mujeres y los niños siguen siendo desproporcionadamente vulnerables.

Los trabajadores migrantes tienen más del triple de probabilidades de estar en situación de trabajo forzoso que sus contrapartes no migrantes.

Aunque la migración por causas laborales tiene un efecto ampliamente positivo en las personas, los hogares, las comunidades y las sociedades, este hallazgo demuestra cómo los migrantes son particularmente vulnerables al trabajo forzoso y a la trata de personas, ya sea causada por la migración irregular o por las prácticas de contratación injustas y poco éticas, señala la OIT en su informe.

El director general de la Organización, Guy Ryder, calificó de “escandaloso” el hecho de que no se produzcan mejoras en la situación de esclavitud, ya que “nada puede justificar” la perpetuación de “este abuso fundamental de los derechos humanos”.

“Sabemos lo que hay que hacer, y sabemos que se puede hacer. Es fundamental contar con políticas y regulaciones nacionales eficaces. Pero los Gobiernos no pueden hacerlo solos. Las normas internacionales proporcionan una base sólida y es necesario un enfoque que incluya a todas las partes.

“Los sindicatos, las organizaciones empresariales, la sociedad civil y los ciudadanos de a pie tienen un papel fundamental que desempeñar”, afirmó Ryder.

Por su parte, el director general de la Organización Internacional para las Migraciones, António Vitorino, consideró que el informe “subraya la urgencia de garantizar” que cualquier forma de migración “sea segura, ordenada y regular”.

Vitorino afirmó que “la reducción de la vulnerabilidad de los migrantes al trabajo forzoso y a la trata de personas depende, en primer lugar, de marcos políticos y jurídicos nacionales que respeten, protejan y hagan realidad los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos los migrantes, y de los migrantes potenciales, en todas las etapas del proceso migratorio, independientemente de su situación migratoria”.

Añadió que “toda la sociedad debe colaborar para revertir estas impactantes tendencias, incluyendo la aplicación del Pacto Mundial sobre Migración”.

Durante el último lustro, el número de matrimonios forzados creció en 6.6 millones, alcanzando un total de 22 millones.

Sin embargo, la OIT advierte que el número de casos, especialmente los que afectan a menores de 16 años, es probablemente mucho mayor de lo que reflejan las estimaciones actuales, ya que se basan en una definición restringida y tampoco incluyen todos los matrimonios infantiles.

“El matrimonio forzado está estrechamente vinculado a actitudes y prácticas patriarcales muy arraigadas y depende en gran medida del contexto”, alerta el estudio del organismo especializado de Naciones Unidas, que también destaca que la abrumadora mayoría de los matrimonios forzados (más del 85%) fue impulsada por la presión familiar.

Pese a que dos tercios (65%) de los matrimonios forzados se dan en Asia y el Pacífico, contando el tamaño de la población regional, la mayor prevalencia de uniones forzosas se produce en los Estados árabes, con 4.8 personas por cada 1 000, precisa la OIT.

Entre las recomendaciones que incluye la OIT en el estudio, están mejorar y hacer cumplir las leyes y las inspecciones de trabajo, poner fin al trabajo forzoso impuesto por el Estado y reforzar las medidas para combatir el trabajo forzoso y la trata de personas en las empresas y las cadenas de suministro.

Además, ampliar la protección social, reforzar las protecciones legales, incluida la elevación de la edad legal para contraer matrimonio a los 18 años sin excepción, y abordar el mayor riesgo de trata y trabajo forzoso para los trabajadores migrantes.

Por último, la organización recomienda promover la contratación justa y ética, y fomentar un mayor apoyo a mujeres, niñas y personas vulnerables.
— NNN-AGENCIAS

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