NACIONES UNIDAS, 3 sep (NNN-UNIS) — Las lluvias monzónicas torrenciales que han azotado a Pakistán durante las últimas semanas provocaron inundaciones y aludes devastadores, dejaron más de 1200 muertos y lesionaron al menos a 6000, destruyeron más de 1,1 millones de viviendas e infraestructura esencial y tienen bajo el agua más de un tercio del territorio del país, afectando a unos 33 millones de personas, o el 15% de la población.
Según cálculos de los organismos de la ONU en el terreno, más de 6,4 millones de personas precisan ayuda humanitaria urgente. Las necesidades más acuciantes son albergue, agua potable y alimentos, así como cuidados sanitarios.
Entre las principales afectaciones destaca la alteración de los servicios de salud, lo que coloca en un alto riesgo a las familias más vulnerables. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que en las actuales condiciones es muy fácil la rápida transmisión de enfermedades que pueden ser mortales, como la diarrea, el cólera, el dengue o la malaria.
La agencia de sanitaria de la ONU subrayó la necesidad imperiosa de proporcionar atención y suministros médicos suficientes, incluido el apoyo a la atención de la salud mental e informó que su personal en el terreno trabaja en la identificación y detección de posibles brotes de enfermedades para atenderlas de inmediato, aunque el acceso a muchos lugares siniestrados es muy complicado todavía.
El director en Pakistán del Programa Mundial de Alimentos (PMA), también resaltó los desafíos logísticos que suponen las anegaciones para llevar asistencia vital a la población damnificada en un país donde ya antes del siniestro había mucha gente que precisaba ayuda.
“La situación en Pakistán era grave incluso antes de las inundaciones con el 43% de los pakistaníes en situación de inseguridad alimentaria. Había un gran problema con la región en su conjunto, incluido Afganistán, donde el mayor reto sería reiniciar la producción agrícola que ayudaría a la gente a alimentarse. El PMA estaba cada vez más preocupado por cómo afectarían las inundaciones a la población de Afganistán”, dijo Chris Kaye.
Los trabajadores de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en Pakistán afirmaron que la escala del desastre que encaran los pakistaníes es inimaginable. “Muchos están viviendo a la intemperie mientras esperan el socorro que las autoridades locales y la comunidad humanitaria trata de hacerles llegar los más pronto posible. Otros están hacinados en campamentos de socorro o se quedan con familias que los acogen”, detallaron.
Para ayudar a aliviar las necesidades más acuciantes, ACNUR distribuye tiendas de campaña, mantas, láminas de plástico, cubos y otros artículos para el hogar en las provincias de Khyber Pakhtunkwa y Baluchistán, que se cuentan entre las más afectadas. También está enviando suministros a Sindh y planea asistir a unos 50.000 hogares en las áreas más destruidas con más de un millón de pertrechos de primera necesidad.
Además, el organismo ha movilizado a sus trabajadoras nacionales para que brinden apoyo a las mujeres y niñas siniestradas.
Pakistán acoge actualmente a 1,3 millones de refugiados afganos, 420.000 de los cuales viven en comunidades que han quedado inundadas.
Por su parte, el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) hizo hincapié en el impacto del desastre en infraestructuras que proveen servicios esenciales a los niños, como educación y salud, con al menos 18.000 escuelas dañadas o destruidas en el país.
UNICEF estima 16 millones de niños han sido afectados y que 3,4 millones de ellos requieren ayuda humanitaria.
El Fondo explico que muchos de los 72 distritos más afectados ya se encontraban entre los más vulnerables de Pakistán y que el 40% de los niños ya sufría de retraso en el crecimiento antes de que llegaran las inundaciones.
“Muchos niños ahora corren un mayor peligro, sin hogar, escuela o incluso agua potable segura, por lo que hay un riesgo de muchas más muertes infantiles, y la situación seguirá deteriorándose ya que el invierno está a solo ocho semanas de empezar en algunas partes del país”, apuntó.
UNICEF informó que está brindando servicios y suministros de emergencia como agua potable, tabletas de purificación de agua, kits de higiene, medicamentos, vacunas, alimentos terapéuticos para niños, mujeres embarazadas y lactantes y mosquiteros.
“En los próximos días y semanas, nuestro objetivo es llegar primero a los niños y las familias con equipos médicos vitales, medicamentos esenciales, vacunas y kits de parto seguro, agua potable y tabletas para el tratamiento del agua, suministros sanitarios, suministros nutricionales y mosquiteros. También queremos ayudar a los niños a reanudar el aprendizaje y apoyaremos al gobierno para que restablezca los servicios críticos para los niños lo antes posible”, detalló.
La semana pasada, la ONU hizo un llamamiento humanitario de 160 millones de dólares para cubrir las necesidades de 5,2 millones de personas afectadas por las inundaciones en Pakistán.
— NNN-UNIS