LIMA, 3 mar (NNN-ANDINA) — El Ministerio de Cultura de Perú declaró como Patrimonio Cultural de la Nación a los conocimientos, técnicas y prácticas asociadas a la producción de cerámica tradicional de la comunidad de Checca Pupuja, del distrito de José Domingo Choquehuanca, provincia de Azángaro, departamento de Puno.
Mediante una Resolución Viceministerial, publicada el sábado en la Separata de Normas Legales del Diario Oficial El Peruano, se establece que esta declaración se debe a que se trata de una manifestación que da cuenta de los intercambios culturales y artísticos entre las prácticas alfareras prehispánicas y las instauradas con el Virreinato en el altiplano peruano.
Asimismo, cumple en la actualidad un rol fundamental en la vida social, cultural y ceremonial de la comunidad, siendo un símbolo de la capacidad creativa de sus hacedores y de su relación con su entorno natural, por lo cual se la establece como un componente central de la identidad de los pobladores de la comunidad campesina de Checca Pupuja.
La comunidad campesina de Checca Pupuja pertenece al distrito de José Domingo Choquehuanca, provincia de Azángaro, departamento de Puno, y cuenta actualmente con una población aproximada de 60 familias, dedicadas a la crianza de vacas, ovejas, llamas y cuyes; así como al cultivo de productos como la quinua, la kañiwa, el olluco y la papa; a la elaboración de textiles y sombreros; y, a la alfarería, la cual destaca principalmente por su estilo de tipo vidriado y su amplio repertorio de piezas.
La elaboración de cerámica se desarrolla tanto en la comunidad de Checca Pupuja y en el área de influencia compuesta por comunidades aledañas pertenecientes a los distritos de Santiago de Pupuja y José Domingo Choquehuanca, donde se produce principalmente piezas utilitarias.
El desarrollo de la labor alfarera en el área que hoy comprende Checca Pupuja fue enriquecida con los conocimientos introducidos a partir de la conquista española, originando el realce de la cerámica local o “loza de la tierra” que se producía en el sur peruano.
Entre los aportes más influyentes se destaca, por un lado, la incorporación de las técnicas del vidriado y la locería, a semejanza de las piezas provenientes de las regiones españolas de Talavera de la Reyna, Puente de Arzobispo, Teruel, Muel y Sevilla; y, de otro lado, la introducción del uso del torno para la preparación de vasijas y jarrones.
— NNN-ANDINA
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