RAMALA, 10 de agosto (NNN-HISPANTV) — Solo dos días después que Israel parara la masacre de los palestinos en Gaza, sus soldados mataron a cuatro palestinos en la Cisjordania ocupada.
Da igual si es Gaza, o Cisjordania. Para los palestinos, la vida, bajo la ocupación israelí, es del mismo color de la muerte. Si en Gaza, la muerte cae del cielo, en Cisjordania, sale del rifle de soldados que apuntan al corazón de los jóvenes que se manifiestan en la calle. Muestra de ello: Mumen Jaber, un adolescente de 17 que perdió la vida en al-Jalil, mientras participaba en una protesta contra la ocupación, y que el martes, su cuerpo fue trasladado sobre las manos de sus compatriotas, hacia su tumba.
En la mañana del martes, los soldados israelíes asesinaron a tres palestinos en Naplusa. Dos de ellos, en una redada para capturar a Ibrahim Nablusi, un comandante de Mártires de al-Alqsa, quien junto con un amigo optaron por resistir, y fueron abatidos por los uniformados israelíes.
Un tercer palestino, identificado como Husein Taha, de 16 años, perdió la vida durante enfrentamientos en la ciudad de Naplusa.
El primer ministro de la Autoridad Palestina, Mohamed Shtayeh, condenó los asesinatos y pidió al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas romper su doble rasero en cuanto a las leyes internacionales y responsabilizar a Israel por sus crímenes.
— NNN-HISPANTV
