ESTAMBUL, 14 de julio (NNN-TELAM) — Rusia y Ucrania lograron este miércoles algunos avances en su primera reunión celebrada en meses para discutir en Turquía un plan de la ONU para exportar los cereales ucranianos bloqueados por la guerra a través del mar Negro, mientras más civiles murieron en nuevos ataques rusos.
Las dos partes acordaron impulsar un centro de coordinación dedicado a la exportación de granos para los puertos ucranianos.
El acuerdo fija una serie de “aspectos técnicos básicos” para el control de los envíos de alimentos por el mar Negro, así como para garantizar su seguridad en las rutas de navegación, declaró el ministro de Defensa turco, Halusi Akar, tras una primera sesión sobre el tema celebrada este miércoles en Estambul, en la que participaron esas dos delegaciones junto a representantes turcos y de Naciones Unidas, la primera cara a cara de rusos y ucranianos desde el 29 de marzo.
“Es un importante paso dado para contribuir a la solución de la crisis alimentaria, cereales y otros alimentos, se han estudiado todos los detalles sobre el traslado seguro de barcos cargados por mar”, agregó, informaron las agencias de noticias turca Anatolia y Europa Press.
Además, las dos partes resolvieron participar en nuevas conversaciones sobre ese asunto “la semana próxima”, anunció el ministro turco de Defensa en un comunicado.
Akar subrayó que las delegaciones, compuestas por expertos de Defensa de ambos países beligerantes, estuvieron de acuerdo en la necesidad de que se pongan en marcha “controles comunes” en los puertos y en los medios para “garantizar la seguridad de las vías de transferencia” de mercancías en el mar Negro.
Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, celebró en Twitter la reunión a cuatro bandas, que describió como un “paso crítico” para el desbloqueo.
Ucrania es uno de los mayores exportadores mundiales de trigo y otros cereales. Unas 20 millones de toneladas de granos están actualmente bloqueadas en los puertos de la región de Odesa por la presencia de buques de guerra rusos y de minas, colocadas por Kiev para defender su costa.
En una entrevista con el diario español El País, el canciller ucraniano Dmytro Kuleba se mostró relativamente confiado en un resultado positivo de este diálogo.
“Estamos a dos pasos de conseguir un acuerdo con Rusia”, estimó Kuleba. “Si ellos realmente quieren, las exportaciones de cereales empezarán pronto”, agregó.
Kuleba dijo que sospecha que Rusia bloquea esos envíos para privar de ingresos a Ucrania: “Saben que, si exportamos, recibiremos ingresos de los mercados internacionales y esto nos hará más fuertes”, dijo.
El portavoz del Ministerio ruso de Defensa, Igor Konashenkov, afirmó que Moscú “presentó un paquete de propuestas para alcanzar la solución práctica más rápida” a esta crisis del grano.
El martes, Rusia indicó que sus requerimientos incluyen el derecho a “buscar barcos para evitar el contrabando de armas”, una petición que Kiev rechazó.
Turquía, miembro de la OTAN y aliada de ambos bandos en el conflicto, dice que tiene 20 buques mercantes esperando en el mar Negro que podrían ser cargados rápidamente con grano ucraniano.
Ankara está intensificando los esfuerzos diplomáticos para facilitar la reanudación de las exportaciones. Hasta el momento, los esfuerzos turcos, realizados a petición de la ONU, no han logrado desbloquear la situación.
La reunión de este miércoles se llevó a cabo en un contexto de aumento de los precios de los alimentos a nivel mundial, que amenaza a varias regiones con hambrunas.
En ese sentido, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) expresó este miércoles su preocupación por los cientos de millones de personas en riesgo de sufrir hambre a niveles críticos por el alza de la pobreza extrema, la desigualdad y la inseguridad alimentaria por las perturbaciones en los sectores alimentario y energético, agravadas por la guerra en Ucrania.
“Los conflictos armados, la inestabilidad política, el impacto climático y los efectos secundarios de la pandemia de la Covid-19 han debilitado las capacidades de sobrellevar perturbaciones y recuperarse de ellas”, dijo el director general del CICR, Robert Mardini, en un comunicado.
“Los efectos colaterales del conflicto armado en Ucrania han empeorado una situación de por sí crítica”, alertó.
El conflicto en Ucrania ha contribuido a un aumento pronunciado en los precios del combustible, los fertilizantes y los alimentos a nivel mundial, impactando en particular en países importadores netos de alimentos u otros sumidos en crisis políticas o económicas y dependientes de la ayuda extranjera, sobre todo en África y Asia.
La guerra en Ucrania también pone en peligro el suministro energético, especialmente en Europa, que depende fuertemente del gas ruso.
El gigante del gas ruso Gazprom advirtió este miércoles que no puede garantizar el buen funcionamiento de Nord Stream 1 mientras no disponga de una turbina que está siendo reparada en Canadá, en medio de los temores de los países europeos a que Moscú interrumpa de forma duradera sus entregas por las tensiones por la guerra.
El funcionamiento del gasoducto se encuentra interrumpido desde el 11 de julio, en principio por diez días, debido a operaciones de mantenimiento, explicó el gigante gasífero, aunque semanas previas Rusia ya había disminuido fuertemente el suministro argumentando la falta de turbinas alemanas.
Canadá, que había recibido una turbina para su reparación, anunció el sábado que la devolvería a Alemania, pese a las sanciones impuestas contra Moscú y los llamados de Ucrania a no “someterse al chantaje del Kremlin”. Ottawa justificó su decisión sosteniendo que no desea aumentar el riesgo de crisis energética en Europa.
Desde el inicio de la guerra ruso-ucraniana, Alemania cerró otro gasoducto ruso que debía entrar en funcionamiento, el Nord Stream 2, y se esfuerza por reducir su dependencia: el 35% de las importaciones alemanas de energía provienen de Rusia, cuando antes de la guerra era un 55%, en un país donde más del 50% de la calefacción hogareña se basa en el gas.
En ese contexto, el Gobierno de España convocó al sector energético para abordar la elaboración de un plan de contingencia frente a la amenaza de un eventual corte en el suministro de gas por parte de Rusia en el próximo invierno.
Mientras, en Ucrania, al menos cinco civiles murieron en un bombardeo que destrozó un edificio cerca de la ciudad de Mikolaiv, en el sur del país, y alcanzó otros objetivos no militares, informó la Presidencia.
Mikolaiv, ciudad clave en la ruta a Odesa -el puerto más grande de Ucrania-, ubicado más al este, ya había sido bombardeada cuando el ejército ruso intentó apoderarse de ella al principio de la guerra. Está situada unos 95 kilómetros al noroeste de Jerson, la capital de la provincia del mismo nombre, que fue conquistada por Rusia en los primeros días la invasión lanzada el 24 de febrero.
— NNN-TELAM