MOSCÚ, 10 de junio (NNN-TELAM) — Rusia intensificó el jueves su ofensiva para conquistar una ciudad estratégica del este de Ucrania, región donde los separatistas prorrusos condenaron a muerte a dos británicos y un marroquí que luchaban en las filas ucranianas, en medio de los reclamos de Kiev por más armas para contrarrestar estos avances.
Severodonetsk y la vecina Lysychansk se convirtieron en el centro de la ofensiva de Moscú, en su tentativa de hacerse con toda la cuenca minera del Donbass.
Los británicos Aiden Aslin y Shaun Pinner y el marroquí Saadun Brahim fueron capturados precisamente por los separatistas que ya controlan esa región desde 2014.
Los tres fueron “acusados de haber participado en los combates como mercenarios”, informó la agencia oficial rusa TASS, y condenados a muerte por la corte suprema de Donetsk, una república autoproclamada tras un referéndum en 2014 y reconocida por el Kremlin antes de lanzar la intervención en Ucrania.
El gobierno británico manifestó su “profunda preocupación” por esas sentencias y exigió que se dé a sus dos ciudadanos un tratamiento de “prisioneros de guerra”, consignó la agencia de noticias AFP.
Durante el juicio, los tres extranjeros se declararon culpables de cometer “acciones destinadas a tomar el poder y derrocar el orden constitucional de la República Popular de Donetsk”, aseguró la agencia de noticias Interfax.
Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero, miles de voluntarios extranjeros se alistaron para combatir junto a las tropas ucranianas contra Rusia.
Uno de ellos es un ciudadano brasileño que murió en el frente de lucha, confirmó el jueves el gobierno de ese país.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores recibió, por medio de la Embajada de Brasil en Kiev, confirma el fallecimiento de nacional brasileño en territorio ucraniano debido al conflicto en ese país y mantiene contacto con los familiares para prestarles toda la asistencia posible, conforme los tratados internacionales vigentes y la legislación local”, informó la Cancillería en un comunicado.
A pesar de que el Gobierno no informó de su identidad, la prensa local informa que el fallecido es André Luis Hack Bari, de 44 años, nacido en Porto Alegre y padre de siete hijos.
En este contexto, Ucrania volvió a pedir a las potencias occidentales más sistemas de cohetes de largo alcance, como los Himars que anunció Estados Unidos a inicios de junio, con un radio de tiro de unos 80 kilómetros.
Con esos dispositivos, las tropas ucranianas podrían retomar el control de Severodonetsk “en dos o tres días”, aseguró Serguei Gaidai, gobernador de Lugansk, que junto a Donetsk componen la región del Donbass.
“Las armas y sanciones también son una vacuna frente a una enfermedad que ha traído Rusia”, manifestó por su parte el presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, en un mensaje en el que aseguró que el virus “se llama odio y es más mortífero que la COVID-19” y se refirió al conflicto como “Covid-22”.
Los soldados ucranianos libran una de las batallas “más difíciles” de la guerra en Severodonetsk, gran parte de la cual está en manos de las fuerzas rusas, dijo el líder en su cuenta de Telegram.
“En muchos sentidos, el destino del Donbass se decide allí”, agregó.
Unos 800 civiles están atrapados en la planta química Azot de la ciudad, donde se refugiaron, según el abogado de un magnate ucraniano, cuya empresa es propietaria de las instalaciones.
Las autoridades ucranianas no confirmaron hasta ahora esa información pero sí indicaron que las fuerzas rusas bombardearon Azot al menos dos veces en los últimos días.
A la otra orilla del río Donets, Lysychansk está completamente bajo control de Kiev, pero sufre bombardeos “caóticos”, dijo Gaidai, que acusó a los rusos de disparar “deliberadamente” contra hospitales y centros de distribución de ayuda humanitaria.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) informó que ya son más de 4,8 millones los ucranianos que buscan refugio en países de Europa tras abandonar el país.
Los datos recabados por la ONU indican que hasta el 7 de junio casi 7,3 millones de personas habían cruzado la frontera de Ucrania desde el inicio de la guerra, y 2,3 millones regresado al país .
La guerra entre Rusia y Ucrania, dos grandes proveedores de materias primas y alimentos, tiene también un alcance global, con un efecto inmediato en la aceleración de la inflación en todos los continentes.
Además está cambiando la matriz energética de gran parte de Europa que busca desprenderse, aunque sea en parte, de la dependencia que tiene de Rusia.
La Unión Europea (UE) consensuó ya el veto al carbón ruso y, más recientemente y de forma parcial, al petróleo, pero la situación es más difícil con el gas.
El Kremlin, por su parte, le cortó el suministro gasífero a Polonia, Bulgaria, Finlandia, Países Bajos y Dinamarca por no acceder a pagar en rublos, y el jueves aclaró que no tiene previsto afectar la provisión de otro país.
En Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin, visitó una exposición sobre el 350 aniversario del nacimiento de Pedro el Grande y dejó entrever una comparación entre las acciones de ese zar que ocupó una parte de la actual Suecia, Finlandia, Estonia y Letonia.
Cuando Pedro el Grande fundó San Petersburgo y la convirtió en nueva capital rusa, “ningún país europeo reconocía este territorio como perteneciente a Rusia. Todo el mundo lo reconocía como parte de Suecia”, afirmó Putin.
“Pero desde tiempos inmemoriales, los eslavos vivían allá, junto a pueblos finougrios”, por cual el zar “retomaba y reforzaba” lo que era ruso, añadió.
“Aparentemente, también es nuestra responsabilidad retomar y fortalecer”, subrayó, en una aparente alusión a la actual ofensiva en Ucrania.
— NNN-TELAM