BEIRUT, 3 de junio (NNN-PRENSA LATINA) — El Ministerio de Turismo de Líbano autorizó el viernes mostrar en sus establecimientos los precios en dólares estadounidenses ante la devaluación del tipo de cambio de la moneda nacional.
A través de una circular, la autoridad calificó de opcional esta medida hasta septiembre entrante y aclaró que siempre la factura final debe emitir el valor en libras libanesas y dicha divisa.
El ministerio destacó en el comunicado que todos los sitios turísticos deben ofrecer precios competitivos de acuerdo con el poder adquisitivo de los clientes y aclaró la implementación de sanciones contra los infractores.
La semana pasada la libra libanesa alcanzó en el mercado informal un valor de 37 mil por cada dólar para una devaluación de alrededor del 95 por ciento en los últimos dos años.
Por primera vez, la moneda nacional sobrepasó el máximo histórico de 35 mil, para acentuar una crisis que sitúa a cuatro de cada cinco libaneses en la pobreza, según Naciones Unidas.
El descenso de la libra libanesa aumentó el mes anterior después de la celebración de las elecciones parlamentarias y esta semana la reanudación de las operaciones en la plataforma Sayrafa por disposición del Banco Central disminuyó el cambio en más de 10 mil.
Durante décadas, el gobierno fijó la libra libanesa en mil 500 con respecto al dólar; sin embargo, desde el estallido social en octubre de 2019 la situación empeoró como consecuencia de la corrupción y la mala gestión, de acuerdo con analistas.
En este contexto, Hizbulah (Partido de Dios) consideró que existe un consenso entre los libaneses, en la convicción de que el gobernador del Banco Central Riad Salameh llevó al país al fracaso bajo la protección de los Estados Unidos.
Un informe divulgado a principios de mes por la Organización de Naciones Unidas sobre la pobreza extrema y los derechos humanos, señaló que la referida institución financiera llevó al Estado libanés a un sistema que protege a los ricos mientras deja a las familias pobres en desamparo.
El documento reflejó que los servicios públicos, incluidos la electricidad, la educación y la atención médica fueron destruidos durante décadas y el despilfarro de la riqueza nacional exacerbó la desigualdad.
— NNN-PRENSA LATINA