NACIONES UNIDAS, 25 feb (NNN-UNIS) — Las muertes de civiles a causa de la violencia en Afganistán en 2018 sumaron 3.800, la mayor cifra en una década. Dos tercios de esos decesos fueron responsabilidad de los grupos armados de oposición, entre ellos el Talibán, revela un informe de la ONU.
La violencia y los enfrentamientos en Afganistán durante 2018 se cobraron la vida de 3.804 civiles, de los cuales 927 eran niños, según datos divulgados este domingo por la Misión de Asistencia de la ONU en ese país (UNAMA) y la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.
El informe anual sobre Afganistán de esas dependencias indicó que ese número preocupante e “inaceptable” significa un aumento de 11% con respecto a las víctimas civiles de 2017.
El estudio detalló que más del 35% de las muertes fueron de mujeres y menores de edad y destacó que, además de los muertos, 7.189 personas resultaron heridas, un 5% más que el año anterior.
Cerca de dos terceras partes de los decesos fueron causados por grupos armados de oposición, como el Talibán, el ISIS y otras agrupaciones no identificadas.
Pero los militares afganos y las fuerzas internacionales que los apoyan también contribuyeron al total con un 25% de las víctimas.
Ataques suicidas y operativos aéreos
UNAMA y la Oficina de Derechos Humanos atribuyeron el incremento en gran parte a los ataques suicidas de los grupos opositores armados, así como a los operativos aéreos y de búsqueda de las fuerzas progubernamentales.
“Los hallazgos del informe muestran que el nivel de daños y sufrimiento de los civiles es muy alarmante y totalmente inaceptable”, consideró Tadamichi Yamamoto, representante especial de la ONU para Afganistán.
“Todas las partes deben tomar medidas concretas inmediatamente para evitar un mayor aumento en el número de civiles afectados y de vidas destruidas”, apuntó.
La ONU empezó a reportar anualmente la cifra de víctimas del conflicto en Afganistán hace diez años. De entonces a la fecha, más de 32.000 civiles han sido muertos por la violencia y más de 60.000 han resultado heridos. Sin embargo, los fallecidos a lo largo de las cuatro décadas que lleva el conflicto son miles y miles más.
“Es momento de ponerle fin a esta tragedia humana. La mejor forma de acabar con los asesinatos y mutilaciones de civiles es que terminen los enfrentamientos. Es por eso que debemos esforzarnos al máximo para lograr la paz. Urjo a todas las partes a aprovechar toda oportunidad para hacerlo”, puntualizó Yamamoto.
La violencia relacionada con las elecciones provocó muchas muertes de civiles el año pasado, en particular el 20 de octubre, cuando se realizaron los comicios. En esa jornada, la UNAMA documentó el mayor número de decesos en un día.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, dijo que el conflicto en Afganistán sigue cobrándose demasiadas vidas y “ha causado un sufrimiento físico y psicológico para una cantidad innumerable de personas durante mucho tiempo”.
Agregó que es especialmente preocupante que en 2018 se haya producido el mayor número de niños muertos por la violencia. “La situación tan precaria no permite que muchos afganos disfruten sus derechos económicos, sociales y culturales, además de que miles de menores tienen discapacidades de por vida debido a los ataques a escuelas y centros de salud”.
Bachelet exhortó a todas las partes del conflicto a respetar las leyes internacionales humanitarias y de derechos humanos para proteger las vidas civiles.
— NNN-UNIS
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