TRÍPOLI, 18 de mayo (NNN-TELESUR) — Poco después de su intento de entrar en Trípoli, el martes, en medio de enfrentamientos armados, el primer ministro libio designado por el Parlamento, Fathi Bashagha, se vio obligado a abandonar la capital, “en interés de la seguridad de los ciudadanos y evitar derramamientos de sangre”, según comunicó.
Bashagha debe ejercer los deberes de su cargo después de que el parlamento libio, el cual no funciona en Trípoli, sino en el este del país, lo eligiera en febrero para ser el primer ministro, mientras que Abdel Hamid al-Dabaiba, el primer ministro saliente, se negó a entregar el poder.
Esta escena devuelve el conflicto a Libia, aproximadamente un año y medio después del éxito de un diálogo político que reunió a las partes libias bajo los auspicios de Naciones Unidas en Ginebra, que logró poner fin al conflicto entre el este y el oeste de Libia y establecer una hoja de ruta para una solución política liderada por Dabaiba como primer ministro del período de transición.
El conflicto actual se centra entre el poder ejecutivo encabezado por Dabaiba, quien es sobreviviente de un intento de asesinato en febrero, que tiene su sede en Trípoli, la capital, y la Cámara de Representantes ubicada en la ciudad oriental de Tobruk.
Los enfrentamientos estallaron poco después de la entrada de Bashagha el lunes. Los intensos disparos continuaron en la capital libia alrededor de las 07H00 local (05H00 UTC) del martes, lo cual dejó las escuelas cerradas y una disminución del tráfico vehicular debido al temor de la población.
Tras la tensión que acompañó a la entrada de Bashagha en Trípoli, la asesora del secretario general de la ONU sobre Libia, Stephanie Williams, subrayó la “necesidad urgente de mantener la calma sobre el terreno y proteger a los civiles. Insto a la moderación y, como una necesidad absoluta, a abstenerse de acciones provocativas, incluido el cese de la retórica incendiaria, la participación en enfrentamientos y la movilización de fuerzas”.
El exministro del Interior, Fathi Bashagha, fue nombrado primer ministro por el parlamento del este de Libia y cuenta con el apoyo del mariscal de campo Khalifa Haftar, cuyas fuerzas intentaron apoderarse de la capital libia en 2019.
Los desacuerdos entre los partidos políticos, especialmente sobre la ley electoral, llevaron al aplazamiento indefinido de las elecciones. Libia no ha tenido un Gobierno estable desde la invasión estadounidense y de la OTAN en 2011, ordenada por el entonces presidente Barack Obama.
— NNN-TELESUR