BAMAKO, 21 de febrero (NNN-AGENCIAS) — Un grupo vinculado al Estado Islámico ha matado a unos 40 civiles atrapados en una rivalidad entre grupos yihadistas enfrentados en el norte de Malí, un país plagado de conflictos. Se trata de personas atrapadas en la sangrienta rivalidad entre el EI y los militantes de Al Qaeda en una semana en la que Francia anunció su retirada.
En la zona de Tessit, cerca de la frontera con Burkina Faso y Níger, se han producido “al menos 40 muertes de civiles en tres lugares diferentes”, informó a medios de comunicación un funcionario civil de la zona.
El funcionario agregó que el número de muertos era provisional porque la información era irregular y llegaba lentamente desde la peligrosa zona. “Estos civiles habían sido acusados por un grupo (yihadista) de complicidad con el otro grupo”, dijo el funcionario.
Dos residentes de Tessit, con sede en la capital regional, Gao, y en la capital nacional, Bamako, confirmaron la magnitud de la violencia tras hablar con testigos que habían huido de la carnicería.
Un portavoz de un grupo de milicias armadas del norte informó de un número de muertos similar. El último derramamiento de sangre se produce en una semana en la que Francia y sus socios europeos han anunciado que comenzarán a retirar sus fuerzas tras más de nueve años de lucha contra la insurgencia yihadista.
Tessit se encuentra en la zona de las “tres fronteras”, un punto caliente de la violencia yihadista. El Estado Islámico en el Gran Sahara (EIGS) y la mayor alianza yihadista del Sahel, el grupo GSIM, alineado con Al Qaeda, son especialmente activos en la zona. Además de atacar a las tropas locales y extranjeras, luchan entre sí por el territorio desde 2020.
Tres fuentes locales, entre ellas el portavoz de la milicia del norte, dijeron que los combatientes del GSIM se dirigieron a varias aldeas cercanas a Tessit, como Keygourouten, Bakal y Tadjalalt, entre el 8 y el 10 de febrero.
Acusando a los comerciantes locales de suministrar al EIGS, los combatientes del GSIM saquearon un centro de salud, una farmacia, una torre de agua y una tienda, además de robar una ambulancia.
Los combatientes del GSIM también ordenaron a los residentes que se fueran. Luego, el lunes y el martes, los combatientes del EIGS llegaron a los mismos pueblos.
“Acusaron a los hombres de ser cómplices del GSIM. Mataron a los ancianos y a los jóvenes”, dijo el funcionario de la zona de Tessit.
Se trata de un escenario habitual, añadió el funcionario, que dijo que “cuando un grupo (yihadista) pasa por un pueblo, el que llega después acusa a los residentes de ser cómplices”.
La junta gobernante de Malí, que tomó el poder en un golpe de Estado en 2020 tras la creciente indignación pública por la incapacidad de los líderes elegidos para frenar el derramamiento de sangre yihadista, aún no se ha pronunciado sobre la violencia de Tessit.
— NNN-AGENCIAS
