BERLÍN, 18 de febrero (NNN-XINHUA) — La tasa de incidencia de siete días de la COVID-19 en Alemania sigue disminuyendo y el jueves bajó a 1.385 contagios por cada 100.000 habitantes, indicó el Instituto Robert Koch (IRK) para enfermedades infecciosas.
El IRK registró 235.626 nuevos contagios por COVID-19 en las últimas 24 horas, alrededor de 12.200 menos que hace una semana.
El miércoles, el Gobierno alemán acordó un plan de tres pasos para eliminar de forma gradual la mayoría de las restricciones por COVID-19 para el 20 de marzo.
“Es probable que ya se haya alcanzado el pico”, dijo el canciller Olaf Scholz al presentar el plan después de una reunión con los Gobiernos estatales y federal. Una “situación constantemente mejor” puede esperarse en las próximas semanas, añadió.
Primero, Alemania eliminará las restricciones de contacto para personas vacunadas o recuperadas, así como las restricciones de acceso para el sector minorista con efecto inmediato. Sin embargo, el uso de mascarilla seguirá siendo obligatorio en las tiendas.
Desde el 4 de marzo, los restaurantes y hoteles sólo pedirán a los clientes acatar la regla 3G (geimpft, getestet, genesen en alemán) que significa vacunado, recuperado o sometido a pruebas.
En el paso final, todas las restricciones restantes para la vida social, cultural y económica serán suspendidas de forma gradual para el 20 de marzo si la situación en los hospitales lo permite, pero las “medidas de protección básicas”, como el uso de mascarillas en el transporte público o en espacios públicos cerrados seguirán vigentes.
Scholz advirtió a sus compatriotas que no deben volverse descuidados a pesar de todo el optimismo. “La pandemia aún no se acaba”, dijo el canciller, quien añadió que “la vacunación es lo que más ayuda y protege de las consecuencias del contagio”.
— NNN-XINHUA