La ONU solicita más de 5000 millones de dólares para la respuesta humanitaria en Afganistán

NACIONES UNIDAS, 11 de enero (NNN-UNIS) — Afganistán se enfrenta a una crisis humanitaria sin precedentes con un elevado riesgo de colapso estructural. El 55% de la población precisará ayuda humanitaria durante este año y unos 23 millones de afganos sufren hambre aguda. Los planes de respuesta humanitaria y para refugiados proporcionarán socorro a 22 millones de afganos y apoyarán a 5,7 millones de desplazados y a las comunidades locales en cinco países vecinos.

Las familias desplazadas se enfrentan a un duro invierno y a la escasez de alimentos en Kabul, la capital de Afganistán. Foto: ACNUR//Andrew McConnell

La situación humanitaria en Afganistán continúa su descenso en caída libre. Como si no fueran suficientes 40 años de guerra, un pronunciado declive económico, y el aumento de los precios y de la pobreza, en 2021 los afganos se enfrentaron a un recrudecimiento del conflicto, a la peor sequía en 27 años, a la retirada de las fuerzas internacionales y a la toma del país por parte de los talibanes en agosto.

La suma de todas estas adversidades ha provocado que más de la mitad de la población – 24,4 millones de personas- precisen ayuda humanitaria durante este 2022, un aumento del 30% con relación al año pasado.

Entre estas personas, los organismos humanitarios han priorizado las necesidades asistenciales de 22,1 millones de afganos, para las que se solicitan 4440 millones de dólares en el Plan de Respuesta Humanitario más 623 millones en el Plan Regional de Respuesta para los Refugiados.

El secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, Martin Griffiths, destacó que los múltiples acontecimientos vividos en Afganistán en 2021 se produjeron a “una velocidad de vértigo y con profundas consecuencias para el pueblo afgano”, y advirtió que “se avecina una catástrofe humanitaria en toda regla”.

Por su parte, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, dijo que “la comunidad internacional debe hacer todo lo posible para evitar una catástrofe en Afganistán, que no sólo agravaría el sufrimiento, sino que provocaría nuevos desplazamientos tanto dentro del país como en toda la región.

Grandi añadió que es necesario ampliar el apoyo a los refugiados y a las comunidades que los han acogido durante varias generaciones. “No se pueden ignorar las necesidades de los refugiados, ni dar por sentada la generosidad de los países de acogida. Necesitan apoyo y lo necesitan hoy”.

La principal preocupación es el peligroso aumento de la inseguridad alimentaria aguda que afecta a las 34 provincias del país, ya sea a nivel crítico o de emergencia. Cerca de 23 millones de afganos sufren hambre aguda. Esa cifra incluye a unos 8,7 millones en situación de emergencia.

El aumento de la inseguridad alimentaria unido al posible colapso de los servicios de los sistemas sanitarios básicos dejaría a 1,1 millones de niños menores de cinco años con desnutrición aguda y sin acceso a servicios sanitarios. De no tomarse las medidas necesarias, durante 2022 podrían morir hasta 131.000 niños.

Además, millones de niños no van a la escuela, los derechos fundamentales de las mujeres y las niñas son objeto de ataques, los agricultores y los pastores luchan para sobrevivir en medio de la peor sequía en décadas, y la economía está en caída libre.

Tanto la economía formal como la informal sufrieron cambios radicales debidos a la alteración de los mercados, de los sistemas financieros y comerciales, de la congelación de las reservas y los préstamos del Banco Central, y de la súbita caída de la ayuda internacional directa al desarrollo, que antes de la toma del poder por los talibanes representaba el 75% del gasto público.

El deterioro de la economía ha generado una contracción inmediata del Producto Interno Bruto (PIB) estimada en un 40%, abocando a la población a una situación de extrema gravedad.

Al grave impacto que sufrió la economía afgana se le unieron las cifras récord de desplazamiento que alcanzaron a unas 700.000 personas en 2021. Al mismo tiempo, cerca de 9,2 millones de desplazados internos y retornados precisan apoyo para regresar a sus hogares siempre que sea posible.

La principal partida presupuestaria del Plan de Respuesta Humanitaria corresponde a la seguridad alimentaria y la agricultura con 2660 millones de dólares, seguida por las necesidades del sector sanitario con 378 millones y los 374 millones que se destinarán a situaciones de refugio de emergencia y otros artículos no alimentarios. — NNN-UNIS

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