NACIONES UNIDAS, 16 feb (NNN-UNIS) — Niñas de ocho años y mujeres embarazadas hasta de 9 meses están entre los cientos de víctimas de milicias armadas y las mismas fuerzas de seguridad en el estado de Unity, que las violan brutal y repetidamente y las golpean con culatas de rifle, palos y hasta cables. La ONU pide acción del Gobierno y las autoridades locales para acabar con estos despreciables crímenes.
Al menos 134 mujeres y 49 niñas fueron violadas por grupos armados y militares en el estado de Unity en Sudán del Sur en los últimos cuatro meses de 2018, en una ola de ataques que parece no disminuir a pesar de la firma de un acuerdo de paz.
“Entre las sobrevivientes, había niñas de hasta ocho años, y es posible que el nivel real de violencia sexual sea considerablemente más alto que el número de casos registrados”, aseguró Rupert Collville, el portavoz de la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos este viernes ante periodistas en Ginebra.
Entre las sobrevivientes, había niñas de hasta ocho años, y es posible que el nivel real de violencia sexual sea considerablemente más alto que el número de casos registrados.
La Oficina publicó un informe junto a la Misión de la ONU en el país (UNMISS) que advierte que a pesar de que los ataques contra civiles si han disminuido significativamente desde que se firmó el acuerdo de paz el pasado 12 de septiembre, la violencia sexual relacionada con los conflictos endémicos del estado de Unity continúa caracterizada por una impunidad generalizada, que está contribuyendo a la “normalización” de la violencia contra las mujeres y las niñas.
Collville aseguró que casi el 90% de las mujeres y las niñas son violadas por más de un perpetrador, y a menudo, durante varias horas. Mujeres embarazadas y madres lactantes también fueron víctimas de violencia sexual, y las historias que cuentan son “desgarradoras”.
La situación es tan terrible que solo en un incidente ocurrido el 17 de diciembre, en la aldea de Lang en el condado de Koch, cinco mujeres fueron violadas por pandillas, cuatro de las cuales estaban embarazadas, incluyendo una que tenía casi nueve meses de embarazo.
Las sobrevivientes de violencia sexual describieron haber sido brutalmente golpeadas por los perpetradores con culatas de rifle, palos, pequeñas armas de fuego y cables si intentaban resistir a sus agresores o después de haber sido violadas.
Según el informe, la crueldad de los atacantes parece ser una característica constante de la violencia sexual documentada. La investigación también indica que los perpetradores tenían un cierto nivel de premeditación.
Según la Oficina de la Alta Comisionada, la mayoría de los ataques han sido llevados a cabo por grupos de milicias juveniles y elementos del Ejército de Liberación Popular de Pro-Taban Deng Sudán y de las Fuerzas de Defensa del Pueblo de Sudán del Sur. En algunos casos, los ataques fueron perpetrados por miembros del Ejército de Liberación Popular pro-Riek Machar.
— NNN-UNIS
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