LIAMA, 16 de diciembre (NNN-ANDINA) — España y otros países europeos iniciaron el miércoles la vacunación frente a la COVID-19 de niños de entre cinco y once años de edad en un esfuerzo de capear el resurgimiento de la pandemia y mantener las escuelas abiertas ante la expansión de la variante ómicron.
Alemania, Grecia o Hungría están entre los países que lanzaron la inmunización a los niños con una fuerte demanda de los padres, según los médicos, por los temores suscitados por la contagiosa nueva variante.
De hecho, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, advirtió el miércoles ante el Parlamento Europeo que ómicron podría ser “la nueva variante dominante en Europa a mediados de enero”.
Con un 66,6% de la población comunitaria inmunizada, la dirigente europea animó a seguir aumentando esta proporción porque “el precio que pagaremos si la gente no está vacunada continuará aumentando”, con afectaciones en las fiestas navideñas o cierres de escuelas y otras actividades.
Aunque es uno de los países con mayores tasas de vacunación en Europa, España lanzó un anuncio televisivo para promover la inmunización entre los niños de 5 a 11 años de edad, clave para romper la cadena de infecciones en su entorno.
“Para volver a jugar sin topes”, “para abrazar sin límites”, “para ayudar a acabar con el virus”, “para proteger a las personas mayores” dicen algunos niños en el anuncio.
España cuenta con unos 3,3 millones de menores en esa franja de edad. Según un estudio de Appinio, un 74% de los padres españoles con hijos en esas edades quieren vacunarlos.
El lanzamiento de estas campañas llega un día después de la alerta lanzada por la Organización Mundial de la Salud sobre la propagación sin precedentes de la ómicron, notificada ya en 77 países, pero probablemente presente en muchos más.
Uno de los últimos en anunciar un caso fue Ecuador, que detectó la nueva variante en un hombre de 48 años que había estado en Sudáfrica, indicó la ministra de Salud, Ximena Garzón.
La agencia de medicamentos de la Unión Europea aprobó el mes pasado la vacuna de Pfizer-BioNTech para niños de 5 a 11 años, una franja de edad que está experimentando unas altas tasas de infección en el continente.
Se trata de una versión adaptada con una dosis inferior a la habitual y con un vial pediátrico con un capuchón naranja para distinguirlo de los violetas usados en pacientes mayores.
La vacunación de esas edades ya está en marcha en varios países del mundo como Estados Unidos, Dinamarca, algunas regiones de Austria, Bolivia o Chile, en este último caso con menores de hasta 3 años.
En Estados Unidos, el primer gran país en ampliar la vacunación a los pequeños, llevan más de cinco millones de niños inmunizados.
En Grecia, el ministro de Educación Niki Kerameus fue de los primeros en llevar a su hijo al hospital para vacunarse, según la televisión estatal ERT. El país, por ahora, ha adjudicado más de 30.000 citas para niños.
También “volaron” las plazas ofrecidas para niños en Alemania, según el médico berlinés Jakob Maske, portavoz de la asociación alemana de pediatras.
Sin embargo, para él, la vacunación de niños no será un gran punto de inflexión en la lucha contra la virulenta cuarta ola de COVID-19 en Alemania.
“La franja de 5 a 11 años de edad es solo un 3% de la población alemana”, explicó a AFP.
Aun así, el dirigente de la asociación de profesores de Alemania, Heinz-Peter Meidinger, confió en que sirva para “aumentar significativamente la posibilidad de mantener las escuelas abiertas”.
Un buen número de países europeos como Italia, Polonia, Portugal, República Checa, Chipre o los países bálticos lanzarán campañas similares en los próximos días. Otros todavía debaten qué hacer.
Francia solo la aprobó la vacunación en niños con riesgo de desarrollar una enfermedad grave, pero el gobierno considera expandirlo a todos voluntariamente.
Suiza cuenta con luz verde de su regulador, pero probablemente la campaña no empezará hasta enero. Además, Bélgica y Reino Unido esperan indicaciones de sus organismos reguladores.
— NNN-ANDINA