NACIONES UNIDAS, 10 de diciembre (NNN-AGENCIAS) — El robo de alimentos a pequeña escala se ha convertido en un saqueo masivo de los almacenes de Kombolcha en los últimos días. Al parecer lo realizan elementos de las fuerzas de Tigray y algunos miembros de la población local.
La ONU anunció el miércoles la suspensión de la ayuda alimentaria en las ciudades etíopes de Kombolcha y Dese, ubicadas en la región de Amhara, después de no haber podido evitar saqueos que incluyeron la retención del personal “a punta de pistola”.
El portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, ha informado sobre los saqueos de “grandes cantidades de suministros” al Programa Mundial de Alimentos (PMA), incluidos artículos nutricionales para niños, en Kombolcha. El Gobierno informó el lunes de que recuperó tanto esta ciudad como Dese, capturadas por el Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) el pasado octubre.
“El robo de alimentos a pequeña escala se ha convertido en un saqueo masivo de los almacenes de Kombolcha en los últimos días, al parecer por parte de elementos de las fuerzas de Tigray y algunos miembros de la población local”, ha lamentado en la rueda de prensa diaria de la organización.
Dujarric ha advertido de que estos incidentes “empeorarán aún más la desnutrición y prolongarán la inseguridad alimentaria en el norte de Etiopía”, donde se calcula que 9,4 millones de personas en las regiones de Tigray, Amhara y Afar necesitan de esta ayuda de forma “crítica”, según los últimos datos del Grupo de Seguridad Alimentaria en el país.
Asimismo, ha aseverado que “este tipo de acoso al personal humanitario por parte de las fuerzas armadas es inaceptable” y “socava la capacidad de Naciones Unidas y sus socios humanitarios para prestar asistencia cuando más se necesita”, especialmente cuando los trabajadores humanitarios se enfrentan a crecientes problemas de acceso.
El portavoz ha condenado, además, que tres camiones del PMA utilizados para operaciones humanitarias en Amhara han sido en los dos últimos días “requisados por personal militar” y “utilizados para sus propios fines”.
Por todo ello, Dujarric ha reiterado sus peticiones a todas las partes del conflicto etíope de “respetar y proteger” al personal y las herramientas de ayuda humanitaria. “Está prohibido atacar, destruir, apropiarse indebidamente o saquear suministros, instalaciones, materiales, unidades o vehículos de ayuda”, ha recordado en virtud del derecho internacional humanitario.
El conflicto en Etiopía comenzó el 4 de noviembre de 2020 cuando el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, ordenó una ofensiva militar en represalia por el ataque a la base del Ejército en Mekelle tras meses de tensiones entre el TPLF y el Gobierno central en torno al aplazamiento de las parlamentarias, finalmente celebradas en junio, y en las que Abiy logró una victoria aplastante ante los llamamientos al boicot y la falta de votación en varias zonas -entre ellas Tigray- por la inseguridad.
Sin embargo, el TPLF logró importantes avances en junio que le permitieron recuperar Mekelle, tras lo que Abiy anunció un alto el fuego unilateral citando motivos humanitarios, rechazado por el grupo, que expandió su ofensiva a las adyacentes regiones de Amhara y Afar, haciendo temer una propagación de la guerra al resto del país.
— NNN-AGENCIAS