ROMA, 19 de noviembre (NNN-AGENCIAS) — Un niño de un año que murió de frío y penurias en el bosque de la frontera entre Bielorrusia y Polonia, después de pasar un mes y medio con sus padres sirios en condiciones extremas con la esperanza de llegar a Europa.
Mientras se multiplican los esfuerzos políticos y diplomáticos para superar la crisis en la ruta oriental, con la evacuación del campamento en la frontera y un primer vuelo de repatriación a Irak, el trágico final del pequeño migrante poner en primer plano a la tragedia humanitaria.
“Es desgarrador ver a un niño morir de frío a las puertas de Europa. La explotación de migrantes y solicitantes de asilo debe cesar, la inhumanidad debe cesar”, tuiteó el presidente del Parlamento de la UE, David Sassoli.
El drama del niño sirio surgió durante la noche, cuando los operadores del Centro Polaco de Ayuda Internacional llevaron a cabo una intervención con temperaturas bajo cero tras una señal de emergencia.
En el bosque, los rescatistas dijeron que encontraron a una pareja de sirios heridos (el hombre con una lesión punzante en el brazo, la mujer con un tajo en una pierna) y a su hijo sin vida.
En el lugar, agrega la ONG, también se trató a un joven en condiciones de deshidratación y desnutrición. Hasta ahora, médicos y activistas han informado de al menos 11 víctimas en la frontera.
Pero justo en estas horas desde Minsk hay signos de apertura hacia la solicitud de la UE de una reducción de la escalada.
Las autoridades bielorrusas informaron que habían despejado el campamento en la zona fronteriza entre la aldea bielorrusa de Bruzgi y la aldea polaca de Kuznica, donde unas dos mil personas habían estado acampando en tiendas de campaña improvisadas durante días.
Los migrantes, confirmaron los guardias fronterizos polacos, fueron trasladados a unas instalaciones a unos cientos de metros de distancia.
— NNN-AGENCIAS