CIUDAD DE MÉXICO, 7 de agosto (NNN-AGENCIAS) — México sumó 3,8 millones de nuevos pobres entre 2018 y 2020 debido a la crisis derivada de la pandemia, según un reporte del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), un ente consultivo del ministerio de Bienestar- La cifra de personas en esta condición se elevó, en consecuencia, a 55,7 millones frente a los 51,9 millones de 2018, reveló el organismo, mientras el presidente Andrés López Obrador atribuyó este fenómeno a la pandemia de COVID-19.
“Es producto de la crisis sanitaria y de la crisis económica, que afectó mucho a ciertos sectores, aunque impactó en general a todos”, señaló el mandatario, al recordar que México sufrió una caída en su Producto Interno Bruto de 8,5% el año pasado, el peor resultado en casi un siglo.
El Coneval indicó que, adicionalmente, se agregaron en este aciago período 2,1 millones de personas a la cifra de pobreza extrema para llegar a 10,8 millones, lo que representa 8,5% de la población total y un aumento de 1,5% frente a 2018.
La medición se deriva de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, divulgada hace unos días por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
El reporte de Coneval indicó que la población con un ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos aumentó en 5,1 millones de personas de 2018 a 2020, al alcanzar 66,9 millones de mexicanos, el 52,8 % del total.
Según el análisis, la pobreza aumentó en 19 de los 32 estados del país en los últimos dos años y el ingreso per cápita total cayó 6,9%, pero el ingreso de las personas con trabajo remunerado se desplomó aún más, un 10,3%.
Una de las pocas cifras alentadoras es que otros ingresos como las remesas familiares y otras transferencias no gubernamentales aumentaron 16,2%, que sirvieron como bálsamo para aliviar un poco la pesada carga de la crisis.
Las transferencias gubernamentales de los programas sociales para la población desprotegida no lograron amortiguar lo suficiente la situación.
De hecho, según el reporte, titulado Medición Multidimensional de la Pobreza 2018-2020, los ingresos por la subvención a través de pensiones a sectores como los mayores de 67 años y las personas más pobres bajaron de 22,4 a 14,8%, mientras que aumentaron en el resto de los segmentos, incluidos los más adinerados.
Sin embargo, según el Coneval, sin las transferencias oficiales el número de pobres hubiera sido mayor (2,5 millones más).
John Scott, investigador del Consejo, señaló que las transferencias “no llegaron a quienes verdaderamente las necesitaban” por cuanto el segmento más pobre “recibió menos proporción”, por lo que recomendó “identificar los grupos prioritarios que deben ser fortalecidos” en esta materia.
Los estados donde se expandió más la proporción de personas pobres fueron Quintana Roo (sureste, de 30,2 a 47,5%) y el de Baja California Sur (noroeste, de 18,6 a 27,6%), los que concentran algunos de los polos turísticos más cotizados del país, lo que se explica por el efecto que tuvo el cierre de actividades en la llamada “industria sin chimeneas”.
Otro de los hallazgos del reporte fue que el acceso a los servicios de salud retrocedió de 2018 a 2020, que coincide también con el inicio del gobierno del presidente López Obrador.
Al menos 35,7 millones de mexicanos (30% del total) carecen de servicios de salud, según el Coneval, lo que significa que 15,6 millones de personas no están afiliadas, inscritas o no tienen derecho a recibir estos servicios en un ente privado o público.
Esta deficiencia impactó todavía más a la población más pobre, sobre todo en los estados sureños de Oaxaca, Guerrero y Chiapas, que destacan por sus menores ingresos y la mayor cantidad de indígenas del país.
Según el descarnado diagnóstico del organismo, la pandemia de COVID-19 cayó en el peor momento, cuando el sistema de salud se hallaba “fragmentado y desarticulado”.
— NNN-AGENCIAS