PEKÍN, 29 de junio (NNN-TELAM) — Las calles de China se preparan para celebrar los 100 años del Partido Comunista Chino (PCCh) el próximo jueves, tras un año y medio del descubrimiento del primer caso de coronavirus, una pandemia que puso a prueba la disciplina y el trabajo colectivo de sus habitantes durante largos meses de encierro total, e incluso después con las reglas que hoy continúan controlando la nueva normalidad.
Con decoraciones del PCCh en espacios públicos, arreglos florales y las calles atiborradas de personas, el escenario actual se aleja bastante del de inicios de 2020, cuando la ciudad de Wuhan ocupaba los medios de comunicación más relevantes con información que alarmaba al mundo y desconcertaba por igual a todos los países.
En aquel momento, la noticia del paciente cero trasladó a muchos ciudadanos a la China de noviembre de 2002, cuando se originó el síndrome respiratorio agudo grave (SARS), que se extendió por 26 países y causó más de 8.000 contagios y 774 muertes.
“La primera sensación que tuve al conocer la noticia del coronavirus fue de cansancio de experimentar otra pandemia, porque la experiencia de SARS todavía era reciente”, contó a Télam una profesora de Historia de una universidad de una gran ciudad, que pidió no revelar su nombre.
Su cuerpo, como el de muchos otros habitantes, cargaba cicatrices de la epidemia ocurrida casi 20 años antes y que, a pesar de su menor impacto, obligó al Gobierno a aplicar restricciones similares.
En cambio, para Shen, una joven que trabaja en una institución educativa en Ianzhou, una ciudad del norte de China, y que pidió no dar su apellido, la realidad había superado a la ficción, y las primeras imágenes que cruzaron por su cabeza la llevaron a escenas del filme “Contagio”, de Steven Spielberg.
“Cuando me enteré de la epidemia corrí a casa de inmediato y ayudé a mis padres a prepararse para lo que se vendría. Para febrero y marzo de 2020, todo había dejado de funcionar en las grandes ciudades, excepto por el gran supermercado para los productos básicos”, precisó.
En menos de tres meses, China había aplicado una respuesta de shock: confinamientos, cierre de fronteras y medidas biosanitarias estrictas, como el uso del tapabocas en transportes públicos, que sigue vigente a pesar de tener todo calculado y superar los 1.000 millones de personas vacunadas.
— NNN-TELAM