OMS: Vacunados deben llevar puesta la mascarilla en regiones con alta transmisión

GINEBRA, 15 de mayo (NNN-AGENCIAS) — Las personas vacunadas contra la COVID-19 deberían conservar la mascarilla en las regiones donde la transmisión del virus es elevada, indicó la OMS el viernes, poco después del adiós estadounidense a la mascarilla.

Estados Unidos, donde el número de casos de COVID-19 bajó fuertemente, anunció el pasado jueves el levantamiento de la recomendación de llevar mascarilla para las personas vacunadas, aunque se recomendaron algunas excepciones.

Interrogados sobre ese cambio, expertos de la OMS no hicieron comentarios directos, pero subrayaron que todo depende del contexto epidemiológico de cada país, y recordaron que las vacunas no ofrecen una protección al 100%.

“Incluso en situaciones donde la cobertura de vacunación es elevada, si hay mucha transmisión no se retira la mascarilla”, afirmó el director de Emergencias Sanitarias de la OMS, Mike Ryan, en conferencia de prensa.

La directora científica de la OMS, Soumya Swaminathan, dijo que los datos provenientes de países que amplían las vacunaciones muestran que las vacunas “protegen contra la infección en una proporción que va de 70 a 80%”.

Para la experta, “muy pocos países están en situación de abandonar las medidas”. En la mayoría de los países “debemos continuar aplicándolas”.

“Uno puede ser infectado, tener la enfermedad asintomática o ligera inclusive después de vacunarse”, añadió.

La OMS señaló que las condiciones locales deben tenerse en cuenta si un país planea permitir que las personas vacunadas no usen mascarillas en público.

“En el caso de un país que desea eliminar un mandato de mascarilla, solo debe hacerse en el contexto de considerar tanto la intensidad de la transmisión en el área como el nivel de cobertura de la vacuna”, dijo el principal experto en emergencias de la OMS, Mike Ryan.

El pasado jueves, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) de Estados Unidos anunciaron que la población vacunada del país puede ir sin mascarilla en la mayoría de espacios abiertos y cerrados, aunque deberán mantenerla en lugares concurridos, como hospitales, aviones y autobuses.

El 35% de la población estadounidense, más de 177 millones de personas, están totalmente inmunizadas contra el coronavirus al haberse inoculado con la dosis única de la vacuna de Johnson & Johnson o las dos de Pfizer o Moderna, según cifras oficiales.

En ese contexto, los CDC levantaron su recomendación de llevar la mascarilla: los vacunados podrán quitarse el tapabocas en el exterior y también en el interior de algunos lugares.

“Todo el que esté completamente vacunado puede participar en actividades en espacios interiores y exteriores, pequeños o grandes, sin llevar mascarilla o distancia física”, declaró Rochelle Walensky, directora de CDC, la principal agencia federal de salud pública del país.

“Si está completamente vacunado, puede comenzar a hacer las cosas que dejó de hacer por la pandemia”, añadió la experta.

“¡Si uno está completamente vacunado ya no necesita usar tapaboca!”, dijo el presidente Joe Biden al celebrar la noticia en un breve discurso televisado desde los jardines de la Casa Blanca.

Walensky explicó que, según los últimos estudios, las vacunas son eficaces no solo contra los casos sintomáticos sino también contra la propia posibilidad de ser infectado, así como contra las variantes que están en circulación.

También destacó el hecho de que las pocas personas que se infectaron con COVID-19 a pesar de haber sido vacunadas resultaron ser menos contagiosas.

“Si usted presenta síntomas, debe volver a ponerse el tapabocas y hacerse la prueba de inmediato”, dijo sin embargo Walensky. También advirtió que, si la situación sanitaria empeoraba, estas nuevas recomendaciones podrían revisarse.

Autoridades y expertos atribuyen el repunte de casos e ingresos en las UCI principalmente a las aglomeraciones durante las protestas de los últimos días contra el Gobierno.

“Estamos es una situación en la cual el crecimiento del contagio ha sido absolutamente importante. Tenemos una particularidad y es que se está afectando a la población más joven, que tiende a durar más días en UCI y eso hace la diferencia con los picos pasados”, dijo el ministro de Salud, Fernando Ruiz, en un comunicado emitido el pasado jueves.

La situación más grave se registra en Bogotá, una ciudad de ocho millones de habitantes que se encuentra en alerta roja hospitalaria. El ministro de Salud advirtió el miércoles que casi 500 pacientes esperaban por una cama de UCI en los hospitales que registran un lleno total, cuando el nivel de ocupación alcanza “casi el 100%”.

Tras el anuncio, el Colegio Médico de Bogotá pidió al Gobierno nacional declarar una emergencia nacional hospitalaria para permitir la remisión rápida de los pacientes a las UCI disponibles en el país. La Alcaldía de Bogotá aseguró que el nivel de ocupación no supera el 94%, pero señaló que se están tomando medidas urgentes para atender la creciente demanda de servicios hospitalarios.

“Las personas que están pendientes de una cama UCI no están desatendidas: están en servicios de urgencias, hospitalarios y muchos de ellos ventilados, porque en estos momentos de pico tenemos la posibilidad de ventilar personas en urgencias, en salas de cirugía”, dijo el jueves el secretario de Salud capitalino, Alejandro Gómez, en un pronunciamiento oficial.

Colombia ha reportado hasta la fecha más de tres millones de casos de COVID-19 confirmados y 79 760 muertes por la enfermedad. En las últimas semanas, se han contabilizado más de 400 muertes diarias y el pasado jueves la cifra escaló a 499.

Se prevé que los niveles de contagio aumenten en los próximos días como resultado de las manifestaciones masivas que se iniciaron el 28 de abril y continúan en el país, dijo a la AP el doctor Iván Darío Vélez, especialista en enfermedades infecciosas.

“El colapso del sistema de salud lo estamos viendo por el aumento de número de casos y en la mortalidad. Tanto las aglomeraciones como la falta de uso de mascarilla son factores de riesgo para que en una semana o dos tengamos muchos más casos y puede ocurrir lo que en Medellín, donde los médicos debían decidir a quién le ponían un ventilador y a quién no”, dijo el experto.

Actualmente, los hospitales están al límite de su capacidad en Medellín, donde la ocupación de UCI supera el 98%; en Santander con una ocupación del 97%, y en Boyacá, donde ronda el 90%.

“Necesitamos que toda la ciudadanía entienda este mensaje de urgencia, porque el departamento se encuentra en un inminente colapso del sistema de salud y de la capacidad hospitalaria”, advirtió el secretario de Salud de Boyacá, Jairo Mauricio Santoyo, en una declaración oficial.
— NNN-AGENCIAS

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