NAIPYIDO, 7 de marzo (NNN-TELESUR) — En al menos media docena de ciudades de Myanmar, miles de manifestantes salieron de nuevo a las calles este domingo para exigir la restauración de la democracia, a pesar de la fuerte represión de las fuerzas de seguridad.
En Bagan, la policía disparó a los manifestantes. Al menos cinco personas resultaron heridas cuando la policía intentó dispersar la protesta, según declaraciones de testigos y videos compartidos en medios sociales.
Las fuerzas de seguridad han respondido cada vez más con fuerza letal y detenciones masivas, además han utilizado tiros de advertencia, gas lacrimógenos, balas de goma y granadas de aturdimiento.
La represión contra los manifestantes se ha recrudecido en los últimos días, mientras el movimiento que pide el regreso del sistema democrático, luego que el 1 de febrero los militares tomaron el control del Gobierno, manifestó que no cederán a las intimidaciones.
Pedimos a “todo el país que se una” contra la dictadura militar, declaró Maung Saungkha, uno de los líderes de la protesta. “Si llamamos a la desobediencia civil y a la huelga sin salir a la calle, no es suficiente. Tenemos que mantener nuestro combate al nivel más alto. Estamos dispuestos a morir”.
Por otra parte, Khin Maung Latt, miembro de la Liga Nacional para la Democracia de la líder Aung San Suu Kyi, falleció luego de ser detenido por la policía. Khin Maung Latt era responsable del partido en un distrito de Rangún, la antigua capital y la ciudad más poblada del país.
En Bagan, la histórica capital en la zona central del país, los soldados dispararon con balas de goma y real contra los manifestantes, causando al menos dos heridos leves.
Además, las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos contra miles de manifestantes pacíficos, ataviados con cascos de plástico y escudos de metal en los que muchos han escrito la palabra “Pueblo”, en ciudades como Mandalay y Rangún.
Naciones Unidas reportó que las fuerzas de seguridad han matado a más de 50 personas para dar fin a las manifestaciones y huelgas diarias en la nación del sudeste asiático desde que los militares tomaron el control del Gobierno y detuvieron a líder Aung San Suu Kyi el 1 de febrero.