MONTEVIDEO, 27 de febrero (NNN-PRENSA LATINA) — A casi un año de declararse la pandemia de la COVID-19 en Uruguay, suman el sábado 56 mil 542 los contagiados aquí mientras los fallecidos por esta causa sobrepasan los 600.
De nuevo se constató en la última jornada más de un 10 por ciento de positividad al confirmarse 854 casos nuevos en ocho mil 262 análisis realizados, repartidos en 18 de los 19 departamentos del país, para un total de casi siete mil pacientes activos.
Integrantes del Grupo Científico Asesor Honorario apuntan con estos datos la amenaza de una segunda ola de propagación del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad, similar a la experimentada en enero cuando se registraron cifras de miles de infectados diarios.
Aluden como potenciales desencadenantes el inicio del curso escolar presencial y obligatorio el lunes 1 de marzo, que generará una mayor movilidad, además de las previsibles consecuencias de aglomeraciones en playas del Este por vacaciones estivales.
El gobierno uruguayo abriga expectativas de alivio en la campaña de vacunación que arrancará la semana próxima con las primeras 192 mil dosis de la fórmula inmunizadora de la farmacéutica china Sinovac, destinada a educadores, policías, bomberos, militares y personal del Instituto de la Niñez y Adolescencia.
El viernes, medios uruguayos de comunicación publicaron el texto de consentimiento que deben firmar quienes accedan voluntariamente al inoculador, centrado en el compromiso de abstenerse de litigar por daños causados contra el fabricante de la vacuna.
El semanario Brecha denunció en ediciones previas que el laboratorio estadounidense Pfizer, que también suministrará dosis a Uruguay, impone condiciones a los países latinoamericanos, que incluyen en cláusulas de confidencialidad hasta cesiones de recursos naturales y patrimonios nacionales.
— NNN-PRENSA LATINA
