WASHINGTON, 21 de enero (NNN-AGENCIAS) — Después del asalto al Capitolio y en medio de una pandemia en su peor momento y posiblemente de la crisis económica más severa desde la Gran Depresión, Joe Biden y Kamala Harris tomaron el miércoles posesión de la presidencia y vicepresidencia de EE.UU.
La ceremonia, en un Washington resguardado con barreras de alambre de púas y más de 20 000 tropas de la Guardia Nacional con armas militares, tuvo lugar con la ausencia de Donald Trump, quien se va del poder sin reconocer su derrota y sin entregar el cargo a su sucesor como es tradición.
En sus primeras horas como presidente de Estados Unidos, Biden planea firmar una decena de órdenes ejecutivas para hacer frente a la pandemia y revocar algunas de las decisiones más controvertidas de su predecesor, como la salida del acuerdo climático de París.
Después de más de dos meses sin aceptar los resultados de las elecciones del 3 de noviembre, el presidente Donald Trump optó por despedirse del cargo con un video de casi 20 minutos.
En su discurso, en el que le deseó suerte al nuevo gobierno, Trump no pronunció una sola vez el nombre de su sucesor. Una actitud que está en línea con el hecho de que en todo este tiempo de transición, Trump no ha felicitado a Biden por su triunfo ni lo ha invitado al Despacho Oval de la Casa Blanca, como es tradición.
Proclamó que todos los estadunidenses son “decentes” y “amantes de la paz”, y condenó “el asalto sobre nuestro Capitolio” —por el cual está formalmente acusado de haber instigado— y afirmó que la “violencia política” nunca puede ser tolerada.
Resalto que construyó “el movimiento político más grandioso en la historia”, también “la economía más grandiosa”, y se logró establecer “la frontera más segura en la historia” con “históricos acuerdos” con México y otros sobre migración, y dijo estar orgulloso de ser el primer presidente en décadas “que no inició nuevas guerras”, entre otros logros.
— NNN-AGENCIAS