ADÍS ABEBA, 14 de enero (NNN-TELESUR) — Más de 80 personas perdieron la vida en recientes ataques cometidos por hombres armados en el estado occidental etíope de Benishangul-Gumuz, en la misma región en la que a finales de diciembre fueron asesinadas más de 200 personas, trascendió desde Adís Abeba.
Según la Comisión Etíope de Derechos Humanos (EHRC), la edad de las víctimas comprenden entre dos y 45 años de edad, mientras que el portavoz del Gobierno regional, Melese Beyebe, confirmó que los ataques se produjeron el martes en las localidades de Debate Woreda y Guba.
Según información dada a conocer por un testigo, se cifró en 50 “los cuerpos recuperados” al momento de confirmarse el ataque.
Los intensos combates entre las fuerzas de seguridad y los atacantes provocaron que los cadáveres permanecieran tirados durante más de cinco horas sin poder ser recogidos; luego que los asaltantes irrumpieron en la mañana del 11 de enero y se llevaran a muchos de los vecinos de la región.
A finales de diciembre, más de 200 personas murieron en otro ataque en varios puntos de la zona de Metekel, justo un día después de que el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, visitara esa región y abordara el tema de la violencia interétnica.
Las disputas por la tierra y los recursos en Benishangul-Gumuz se han incrementado en las últimas semanas, dando lugar a espirales de violencia entre diferentes grupos étnicos. Los amhara, el segundo grupo étnico más populoso de Etiopía detrás de los oromo, han sido objeto de ataques en el pasado en esta región.
Desde que llegó al poder en 2018, Abiy de 44 años junto al pueblo Oromo, ha impulsado importantes reformas en Etiopía, el segundo país más populoso de África, como la amnistía a miles de presos políticos, la legalización de partidos opositores y la promesa de elecciones democráticas.
En 2019 ganó el Premio Nobel de la Paz por su contribución al final de una disputa de dos décadas entre Etiopía y Eritrea.
Sin embargo, el mandatario ha sido, a su vez, criticado con fuerza por iniciar un conflicto armado, que todavía sigue activo, en la región norteña de Tigray, así como por ser incapaz de solucionar las crecientes tensiones étnicas.
— NNN-TELESUR