Preocupa en Panamá colapso hospitalario por COVID-19

PANAMÁ, 14 de diciembre (NNN-PRENSA LATINA) — En la mayor oleada de contagios por COVID-19 que impone récords diarios, la principal preocupación del personal de salud en Panamá es que el débil sistema sanitario colapse tras el desborde de algunas instalaciones.

El capitalino hospital público Santo Tomás, uno de los mayores del país, anunció que no tiene capacidad de nuevos ingresos, mientras en su similar Nicolás Solano, de la vecina provincia Panamá Oeste, instalaron una carpa de campaña con 40 camillas para asistir al creciente número de infectados que excedió su capacidad.

Por su parte, los pacientes atendidos en salas de cuidados intensivos en toda la nación sumaron 183 el pasado sábado, la mayor cifra en la historia del país centroamericano, mientras que se mantienen hospitalizados otros mil 265 pacientes y 25 mil 165 están en aislamiento domiciliario, según el parte oficial.

Varias agrupaciones médicas exigieron la adopción de medidas de confinamiento ante el vertiginoso aumento que implantó un nuevo récord el sábado con dos mil 806 casos positivos detectados en las últimas 24 horas, en las cuales se reportaron 22 defunciones, para un acumulado de tres mil 331 muertes.

La posibilidad de regresar a la cuarentena total dañaría seriamente los ingresos familiares y empresariales, en una tambaleante economía cuya recesión profunda las autoridades intentan revertir actualmente con la esperanza de que repunte en 2021 como auguran expertos locales y de organismo internacionales.

El drama -en opinión popular- es el resultado de la desatención acumulada por décadas del sistema bicéfalo de salud pública y estructuras privadas que se saturaron, mientras hace crisis el insuficiente personal médico y paramédico para cubrir la atención del creciente número de infectados, lo que llevó a las autoridades a retomar la idea de ayuda internacional.

Panamá tiene 4,2 millones de habitantes, por lo que las estadísticas per cápita de la pandemia muestran al país en una de las peores situaciones del continente en varios de los más importantes indicadores y tasas, según datos de la Organización Panamericana de la Salud.

Como solución mediata a la crisis, el gobierno informó la decisión de adquirir tres millones de dosis de la vacuna anti-COVID-19 producida por la farmacéutica estadounidense Pfizer de conjunto con la alemana BioNTech, que recibirán por lotes en el 2021 y anunciaron el esquema de inmunización.

En la primera etapa priorizarán a funcionarios de salud, mayores de 60 años, personas con enfermedades crónicas, y estamentos de seguridad que incluye a miembros de la Policía Nacional, Servicio Nacional Aeronaval, Servicio Nacional de Fronteras, Servicio Nacional de Migración, Bomberos y del Sistema Nacional de Protección Civil.
— NNN-PRENSA LATINA

Por Osvaldo Rodríguez Martínez

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