GAZA, 9 de diciembre (NNN-HISPANTV) — El Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) se reserva el derecho a seguir resistiendo frente a la ocupación israelí y dice que nunca retrocederá.
Mediante un comunicado emitido el martes por el 33.º aniversario de la Primera Intifada (levantamiento), o como se conoce popularmente la ‘revuelta de las piedras’, HAMAS ha subrayado que “la resistencia en todas sus formas es un derecho legítimo y una opción estratégica a la que no renunciará”.
En el texto, el movimiento palestino asentado en la Franja de Gaza ha prometido mantenerse siempre óptimamente preparado para poder contrarrestar al enemigo israelí, neutralizar sus complots y liberar a los presos palestinos sin importarle el costo.
Asimismo, ha declarado que su principal prioridad es lograr una reconciliación total entre los palestinos, al tiempo que ha instado a todas las facciones políticas y militares palestinas a luchar juntas contra el régimen ocupador de Israel.
El texto concluye rechazando la normalización de relaciones de algunos países árabes con Israel, específicamente en esta sensible y peligrosa etapa que atraviesa la causa palestina.
La Primera Intifada palestina estalló el 8 de diciembre de 1987, unos 20 años después de la creación del falso régimen de Israel. En ese entonces, cientos de miles de palestinos salieron a diario a las calles para exigir la salida de los ocupadores israelíes de sus tierras.
Como armas, los palestinos tenían piedras y de ahí que el nombre de Intifada pasara a convertirse en la ‘revuelta de las piedras’. El régimen israelí, sin embargo, utilizó armas letales para dispersar a los palestinos y mató a 1376 de ellos.
El conflicto terminó en 1993 en la Casa Blanca, en Washington D.C. (capital estadounidense), con la firma de los Acuerdos de Oslo y la creación de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Los Acuerdos de Oslo fijaban el reconocimiento mutuo y el establecimiento de la ANP en Cisjordania; no obstante, este pacto les salió caro a los palestinos, puesto que los diálogos posteriores que deberían haberse celebrado nunca tuvieron lugar y, en cambio, Israel utilizó el convenio como una justificación para construir más asentamientos ilegales en la Cisjordania ocupada.
Transcurridas más de dos décadas del inicio de la Primera Intifada, Israel hace oídos sordos a los llamados internacionales para detener su expansionismo y las agresiones a los palestinos, violando el derecho internacional y los derechos humanos del pueblo palestino.
— NNN-HISPANTV