CANBERRA, 4 de septiembre (NNN-TELESUR) — La Oficina Australiana de Estadísticas (ABS, por sus siglas en inglés) confirmó el jueves que la economía del país oceánico se contrajo un 7 por ciento en el segundo trimestre de este año, por los efectos de la pandemia de la COVID-19.
Esta contracción económica significa una disminución o pérdida generalizada de la actividad económica, que repercute también en una caída del Producto Interno Bruto (PIB), la cual ha sido del 5,9 por ciento al finalizar el mes de junio.
Esta recesión en la economía australiana es la segunda consecutiva registrada en el año, pues en el primer semestre fue notificada otra del 0,3 por ciento, con lo que se pone fin a una etapa de sostenido desarrollo.
“Nuestro periodo récord de 28 años consecutivos de crecimiento económico ha llegado oficialmente a su fin”, expresó el tesorero de Australia, Josh Frydenberg, quien explicó para un medio internacional que la situación es consecuencia de la crisis sanitaria de la COVID-19.
“Los devastadores números de hoy confirman lo que todos los australianos saben: que el COVID-19 ha causado estragos en nuestra economía y en nuestras vidas como nada que hayamos experimentado antes. Pero hay esperanza y hay una vía de salida”, sostuvo.
El Gobierno encabezado por el primer ministro, Scott Morrison, ha implementado un plan de recuperación económica que prioriza la reincorporación de los australianos al trabajo, mediante la inversión en infraestructura, la creación de nuevos empleos, la reducción de la burocracia y la creación de incentivos.
Australia fue uno de los primeros países en tener una gestión positiva de la crisis junto a Nueva Zelandia y Corea del Sur por la inmediatez con la que se tomaron las medidas de aislamiento. No obstante, en los últimos días ha reportado un rebrote de coronavirus en el Estado de Victoria, considerado “preocupante”, por las autoridades del país.
— NNN-TELESUR