MANILA, 24 de agosto (NNN-PRENSA LATINA) — Dos ataques con explosivos causaron el lunes 10 muertos y unos 40 heridos en la ciudad de Jolo, sur de Filipinas, sin que hasta el momento alguna organización los reivindicara.
La primera detonación se produjo en una céntrica plaza pública y según la policía procedió de un dispositivo ensamblado a una motocicleta aparcada afuera de un supermercado y cerca de un camión del ejército cuyos ocupantes participaban en actividades de control del COVID-19.
En ese primer ataque murieron cuatro civiles y cinco soldados. Otros 20 transeúntes y 16 uniformados recibieron heridas de diversa consideración.
Casi una hora después, a unos 70 metros, en la misma calle y mientras las fuerzas de seguridad aún procesaban la primera explosión, un atacante suicida hizo estallar una carga que llevaba adherida al cuerpo.
El saldo fue de un soldado muerto y seis heridos, así como un número indeterminado de civiles lesionados.
Aunque ninguna organización ha reivindicado los ataques, la policía y las fuerzas de seguridad se los atribuyen al grupo Abu Sayyaf (Portadores de la Espada), que desde los años 90 del siglo pasado intentan establecer un estado islámico en la isla de Sulu, cuya capital es Jolo.
En el sur de Filipinas la ley marcial está vigente desde 2017.
Además de Abu Sayyaf, otras facciones yihadistas como los Luchadores Islámicos para la Liberación del Bangsamoro, Ansar Khalifa Philippines o Maute están activos en la cercana isla de Basilan, en el llamado Mindanao musulmán.
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