BEIRUT, 8 de agosto (NNN-AGENCIAS) — Entre las posibles causas del desastre ocurrido en Beirut, aparece también la hipótesis de un “misil o una bomba”, aseguró el viernes el presidente libanés, Michel Aoun, mientras crece la rabia popular contra las autoridades.
Aoun aseguró, asimismo, que le pidió a su par francés, Emmanuel Macron, las imágenes satelitales necesarias para aclarar la dinámica de los trágicos eventos.
Aunque eso, advirtió Aoun, deberá ocurrir a través de una investigación libanesa y no internacional, que fue pedida el jueves por el mismo Macron durante una visita en el país, y por dirigentes políticos locales.
Tras la gigantesca explosión, que causó 157 muertos y 5.000 heridos, también Hezbolá se ha encargado de excluir cualquier tipo de responsabilidad, incluso indirecta.
En un esperado discurso televisivo, Hasan Nasrallah, el jefe del Partido de Dios filo-iraní que dispone de una fuerza militar superior a la del ejército regular, negó que sus milicias tuvieran un depósito de armas en el puerto.
Una eventualidad planteada por muchos en los últimos días, especialmente por quienes, al decir que escucharon el ruido de aviones antes de la explosión, supusieron que se trató de una incursión israelí que terminó mal.
También Israel había negado cualquier responsabilidad, mientras el primer ministro Benjamín Netanyahu denunció hace dos años a la ONU la presencia de un depósito de misiles perteneciente a Hezbolá en el puerto.
Nasrallah habló de modo prudente, consciente de la necesidad de salvaguardar la paz también con facciones rivales, entre ellas las aliadas en el gobierno, frente a la reacción enojada de la población, cansada de un sistema político juzgado corrupto y clientelar.
“No es aceptable explotar este incidente, que golpeó a todos, con fines políticos o sectarios golpeó a todos”, dijo el jefe de Hezbollah”.
“Todas las partes políticas dicen que el ejército libanés es la única institución del país en la que hay plena confianza Bueno que sea el ejército el que realice la investigación”, propuso.
Difícilmente eso sea suficiente para calmar los ánimos, tras los enfrentamientos entre manifestantes y policías que tuvieron lugar durante la noche en un área entre las más ocupadas por las fuerzas del orden, frente al Parlamento.
Al menos 20 heridos produjeron los incidentes, en el que los policías dispararon gases lacrimógenos contra manifestantes, lanzando piedras y otros objetos, entre ellos restos de la destrucción causada por la explosión.
Pero se espera que el día más difícil para las autoridades sea el sábado, cuando se espera una gran movilización de protesta en la Plaza de los Mártires, impulsada por distintos grupos opositores.
— NNN-AGENCIAS
