EL CAIRO, 6 de agosto (NNN-PRENSA LATINA) — Egipto reportó hasta el jueves un total de 94 mil 875 casos de COVID-19 al sumar 123 infecciones en el último conteo, una de las cifras más bajas registradas desde mediados de abril, y cuatro mil 930 muertes.
Tras más de cinco meses de batalla contra la pandemia y registros superiores a los mil 700 contagios en un día, las autoridades sanitarias dan cuenta de un decrecimiento en el número de infectados desde hace más de dos semanas, lo que es visto como una señal alentadora o de respiro.
Según Hossam Hosni, quien lidera el equipo encargado de trazar estrategias para enfrentar la COVID-19, el populoso país superó el pico de infecciones y podría esperar su mejor horizonte en septiembre, si los ciudadanos mantienen las precauciones, aclaró en declaraciones a la prensa.
Mientras la ministra del sector -Hala Zayed-, que evitó hacer pronósticos, llama a los ciudadanos a extremar los cuidados en esta etapa que han llamado de convivencia con el contagioso virus.
A comienzos de julio Egipto reanudó los vuelos internacionales y el turismo para extranjeros comenzando por las gobernaciones con mejor situación epidemiológica, entre ellas Sinaí del Sur y Mar Rojo, aparentemente libres de la enfermedad.
A la par reabrieron sus puertas cafeterías, restaurantes, un grupo de museos y sitios arqueológicos pero bajo pautas sanitarias, al igual que las mezquitas y las parroquias de la Iglesia Ortodoxa Copta, esta última congrega menos del 10 por ciento de la población egipcia, mayoritariamente integrada por musulmanes sunitas.
La víspera el Ministerio de Salud informó acerca de la muerte de 18 pacientes, la cantidad más baja desde el 27 de mayo, subrayó Ahram on line.
En tanto 47 mil 182 personas lograron recuperarse de la letal enfermedad a lo largo del período que abarca de mediados de febrero a la actualidad.
A fin de ofrecer una cura efectiva a los enfermos, los especialistas de la cartera optan por la terapia de plasma sanguíneo, consistente en la transferencia de anticuerpos de los recuperados a quienes luchan por su vida.
Se trata de una metodología aplicada con éxito en otros países, que es combinada con el empleo de un grupo de fármacos.
Según funcionarios del sector, Egipto fue seleccionado para producir una vacuna desarrollada por China, la cual será distribuida entre las naciones del continente africano.
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