BEIRUT, 27 de julio (NNN-PRENSA LATINA) — El Líbano registró un récord de 175 contagios de COVID-19 y agregó una muerte más, 47 en total, refiere el parte difundido el domingo por el Ministerio de Salud.
La pandemia alcanzó a un funcionario de alto rango de la cancillería, quien, por encuentros con diputados, obligó al aplazamiento de sesiones parlamentarias previstas para la próxima semana, se informó.
Mediante un rastreo de infectados, el legislador George Okeis, del partido Fuerzas Libanesas, confesó que recibió varias veces al jefe de personal del Ministerio de Relaciones Exteriores, Hadi Hashem, quien dio positivo al patógeno.
A su vez, Okeis se reunió con otros parlamentarios a lo largo de la semana, entre ellos el titular de la Asamblea, Nabih Berri, y el jefe de Fuerzas Libanesas, Samir Geagea.
Ante cualquier sospecha de una cadena de infección, Berri ordenó la suspensión de las sesiones programadas para lunes y martes y solicitó que todos los diputados se sometieran a la prueba.
Mientras tanto, la ministra de Defensa, Zeina Akar, anunció que su hija dio positivo, aunque ella y el resto de la familia no se contagiaron aún.
Los casos más recientes se detectaron entre 144 contactos locales y 31 de visitantes o repatriados para elevar a tres mil 579 el total de positivos a la COVID-19.
Este país ve un aumento de casos desde el 1 de julio pasado al levantarse algunas medidas anti-COVID-19, entre ellas la reactivación de operaciones del aeropuerto internacional que, aunque a solo 10 por ciento de su capacidad, recibe cada día a unos dos mil pasajeros.
El ministro de Salud, Hamad Hassan, reiteró que, si continúa el incremento, los casos podían abrumar los hospitales y que se evalúa un regreso al cierre de actividades económicas para contener el brote.
— NNN-PRENSA LATINA
