NACIONES UNIDAS, 25 de julio (NNN-UNIS) — La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha aumentado sus trabajos de protección y asistencia a decenas de miles de venezolanos refugiados y migrantes que se encuentran en Brasil, el segundo país del mundo con mayor incidencia de COVID-19. Los operativos de ayuda incluyen también a las comunidades de acogida.
Con más de 2,25 millones de casos y casi 83.000 muertes, Brasil se ha convertido en el epicentro de la pandemia en América Latina, una situación que afecta desproporcionadamente a los sectores de población más vulnerables, entre los que se encuentran los migrantes y refugiados.
El país sudamericano alberga a más de 345.000 refugiados y solicitantes de asilo, para quienes las consecuencias de la emergencia sanitaria son especialmente duras.
Si bien se desconoce el número de refugiados que han contraído el coronavirus en Brasil debido a que no hay datos desglosados con base en el estatus y a que no hay pruebas generalizadas, ACNUR tiene conocimiento de al menos 19 muertes por COVID-19, de los cuales nueve eran indígenas venezolanos.
Desde el inicio de la pandemia, ACNUR apoya a las autoridades locales y nacionales en los esfuerzos de prevención y respuesta a la pandemia con acciones que incluyen la creación de infraestructura para fortalecer el sistema nacional de salud, transferencias de efectivo y distribución de paquetes de higiene, así como información vital para que las personas sepan cómo protegerse del contagio.
Además, la agencia asiste a un hospital de emergencia en Boa Vista, la capital del estado fronterizo del norte de Roraima, que tiene capacidad para tratar y aislar hasta 1782 pacientes confirmados y sospechosos de COVID-19.
Hasta la fecha, 625 venezolanos y muchos brasileños han recibido atención en ese nosocomio, que cuenta con personal de salud venezolano. Más de 570 personas se han recuperado y 20 han fallecido.
ACNUR también ayuda a atender las crecientes necesidades humanitarias y de salud de los refugiados que viven en las calles y en alojamientos superpoblados y en condiciones insalubres en las regiones del norte de Brasil, en los estados de Amazonas, Roraima y Pará.
En el estado de Amazonas, ACNUR y sus socios apoyaron a las autoridades locales en la reubicación de más de 170 refugiados indígenas venezolanos. Su nuevo alojamiento ofrece instalaciones de saneamiento más adecuadas.
Entre otras tareas de asistencia, se han hecho campañas y sesiones de información sobre el COVID-19 en diferentes idiomas indígenas, se han instalado estaciones de lavado de manos en los alojamientos y se ha repartido jabón desde principios de marzo.
Asimismo, se han hecho transferencias de efectivo a las personas más vulnerables, aunque la limitación de recursos sólo ha permitido abarcar al 24% de quienes más lo necesitan.
Dado el inicio del invierno, ACNUR provee alojamiento y ha distribuido unos 15.000 colchones, hamacas, kits de limpieza e higiene, mosquiteros, baldes, bidones, lámparas solares y otros bienes básicos.
— NNN-UNIS