EL CAIRO, 7 de julio (NNN-PRENSA LATINA) — Egipto afirmó el lunes que persisten discrepancias técnicas y legales que impiden alcanzar un pacto con Etiopía sobre la gran presa construida por ese último en el Nilo Azul, pero las pláticas continúan.
Ambos países y Sudán reanudaron las conversaciones el pasado viernes, luego de cuatro rondas de diálogos las diferencias siguen siendo sustanciales, subrayó el Ministerio de Riego de Egipto en un comunicado.
Tras el fracaso de sucesivas negociaciones, las tres naciones reiniciaron las reuniones vía Internet con los auspicios de la Unión Africana y la presencia de 11 observadores de la Unión Europea, Estados Unidos, y un grupo de expertos.
En semanas previas, el gobierno egipcio presentó una solicitud al Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para que facilitara la reactivación de las conversaciones tripartitas, e instara a Addis Abeba a descartar actos unilaterales antes de la firma de un pacto.
La premura de la populosa nación para rubricar un consenso radica en el hecho de que las autoridades etíopes anunciaron que comenzarán a llenar el embalse este mes, aprovechando la llegada de la temporada de lluvias, acción que desde la percepción del Cairo limitaría el flujo del Nilo y, por consiguiente, su acceso al líquido.
En opinión del canciller de Egipto, Sameh Shoukry, emprender tal proceso sin el aval de los restantes territorios aguas abajo aumentará las tensiones y provocará conflictos en una región ya problemática, dijo.
Si el depósito es llenado y operado en ausencia de un trato dirigido a proteger la vida y el sustento de las comunidades ribereñas, podría -además- generar más estrés en un panorama hidrológico severamente complejo, y poner en peligro a millones de personas en Egipto y Sudán, insistió el ministro de Relaciones Exteriores.
Egipto tiene una cuota anual de agua de unos 560 metros cúbicos por habitante, lo que coloca al llamado gigante árabe de 100 millones de pobladores por debajo del umbral internacional de escasez (mil metros cúbicos), enfatizó.
‘Etiopía -subrayó- ha sido dotada por la divina providencia con abundantes recursos hídricos, que incluyen una precipitación anual promedio de casi 936 mil millones de metros cúbicos, los cuales fluyen por el Nilo Azul y otras 11 cuencas fluviales’.
Addis Abeba asegura que no ocasionará daños a sus vecinos tras la puesta en marcha del megaproyecto, ideado para garantizar la generación nacional eléctrica y exportar a otras regiones del continente.
A la par argumenta que hace uso de su derecho a aprovechar ese recurso natural transfronterizo.
Eminentemente desértico, el país de los faraones con tierras en dos continentes depende del Nilo para el consumo del líquido, la agricultura e incluso el turismo.
El río, llamado Blanco en ciertos tramos, recibe en Sudán las aguas del Azul, nacido en Etiopía.
— NNN-PRENSA LATINA