PANAMÁ, 19 de junio (NNN-PRENSA LATINA) — El canal de Panamá enfrenta consecuencias por cambios esenciales en la cadena global de suministros, mientras a corto plazo recibe el impacto de la recesión en Estados Unidos y la contracción del comercio mundial.
‘Notamos que la pandemia ha acelerado el ajuste de las cadenas de suministro globales que habíamos anticipado previo al coronavirus, y que favorece la localización sobre la globalización’, escribió Ricaurte Vásquez, administrador de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), en artículos publicados en la web corporativa.
Informó de la reducción de los tránsitos y reservaciones de buques durante los dos meses anteriores, aunque el mayor impacto lo está recibiendo en junio, pero el mercado de los portacontenedores, el más importante para la vía interoceánica, hasta ahora se encuentra estable, en medio de una contracción en las relaciones comerciales del orbe.
El 10 de mayo pasado hizo su cruce inaugural por el canal, en su incorporación a la ruta Asia-Estados Unidos, el coreano neopanamax Hyundai Hope, con capacidad para 13 mil 992 TEU´s (contenedores de seis metros), 366 metros de largo y 48,8 de ancho; uno de los mayores que atraviesa el Istmo.
Este es un ejemplo de la utilización de tales colosos para las cargas, estrategia que los transportistas utilizan para reducir costos, por ello la inusitada carrera por hacer naves cada vez mayores, por lo que la ampliación de las esclusas del canal panameño juegan un importante papel de balance financiero en los ingresos de esa instalación frente a la reducción de tránsitos.
Las cancelaciones de naves dedicadas a transportar gas natural licuado (GNL) y licuado de petróleo (GLP) representaron casi la mitad de los 260 barcos que entre abril y mayo anularon su paso por la ruta, seguidos en menor medida de los tanqueros químicos, entre otros, según la ACP.
‘Mayo cerró con un total de 937 (tránsitos), una reducción de 21 por ciento con respecto a lo proyectado al principio de nuestro año fiscal en octubre de 2019’, escribió Vázquez, quien aclaró la imposibilidad de conocer la duración de la pandemia de COVID-19, principal causante de la actual situación, ‘un fenómeno de mucha intensidad y permanencia’.
Al analizar la demora en recibir el impacto de las consecuencias de la crisis mundial, el administrador de la ACP consideró que para el canal ‘la recuperación va a ser lenta’, porque aumentarán las cancelaciones y para contrarrestar, la estrategia que aplican es anticiparse a las necesidades de los clientes con el objetivo de mantener competitividad.
Hasta el momento de la aparición de la COVID-19, el principal reto de la vía interoceánica era la disponibilidad de agua dulce, pues 2019 fue el año más seco de los últimos 70 en la cuenca del canal, cuyo escurrimiento y llenado de los lagos artificiales es la base de las operaciones.
La presente temporada húmeda puede ofrecer un compás de espera a las inversiones en estudio para trasvasar agua desde embalses fuera del sistema canalero.
— NNN-PRENSA LATINA
FotoPL: Osvaldo Rodríguez