BRUSELAS, 9 de abril (NNN-AGENCIAS) — La Organización Mundial de la Salud (OMS) le advirtió a Europa que “no es el momento de aligerar las medidas”, incluso, aseveró que lo que se necesita es “redoblar y triplicar los esfuerzos” para derrotar al coronavirus.
El director regional de la organización, Hans Henri P. Kluge, se posicionó así ante ciertas tentaciones de escapar a los confinamientos de algunos países y también de Bruselas, que para hoy había previsto una estrategia de salida para aliviar las medidas restrictivas vigentes.
Una iniciativa sobre la que después se dio marcha atrás, con un incómodo retroceso de la Comisión europea y la cancelación de una conferencia de prensa de la presidenta Ursula von der Leyen tras las protestas de algunos países, entre ellos, los más golpeados como Italia, España y Francia, lidiando con miles de muertos y sistemas sanitarios colapsados.
Así es como la Unión Europea pasó vergüenza y parece a la deriva también a la luz de lo sucedido con el Eurogrupo, donde los ministros debatieron durante unas 16 horas y en vano por la búsqueda de una respuesta solidaria al impacto económico del virus.
A eso se sumó la dimisión del profesor Mauro Ferrari del cargo de presidente de la principal institución científica de la Unión -el Consejo europeo para la investigación-, “decepcionado”, dijo, “por la respuesta europea al Covid-19”.
Una Unión Europea que aparece también un poco esquizofrénica dado que, en el mismo día en el que había planificado un mapa para salir de las restricciones invitó a los Estados miembros y aquellos del Schengen a mantener blindadas las fronteras externas hasta el próximo 15 de mayo, sobre la base de considerar los “riesgos elevados” a los que estarán sometidos en las próximas semanas los sistemas sanitarios, no obstante las medidas de contención.
Tales previsiones, efectivamente, coinciden con la advertencia del representante de la OMS: “Las señales positivas registradas en algunos países” no representan la victoria”.
La situación del continente es aún “muy preocupante”, con los contagios en aumento, casi 700.000 casos activos y 53 mil muertos.
Bruselas, según el portavoz Eric Mamer, aseguró que “el momento de adopción de estrategias de salida es complejo, porque los países se encuentran en fases distintas de la lucha contra el virus”.
“Después de los contactos con los Estados miembros hemos considerado que era necesario un poco más de tiempo. No queremos dar una señal de que las medidas deben ser retiradas en países donde no es el caso”.
Sin embargo, “las recomendaciones son importantes porque se necesita un enfoque coordinado”, aseveró Mamer, en referencia a Austria y a Dinamarca, que ya indicaron las fechas para el recomienzo, aunque gradual.
El canciller austriaco, Sebastian Kurz, había anunciado que quería reabrir los negocios no esenciales bajo los 400 metros cuadrados desde el próximo 14 de abril, y otros tipos de establecimientos comerciales desde el primero de mayo.
Por su lado, la premier danesa, Mette Frederiksen, animada por la curva descendiente de hospitalizaciones, conjeturó sobre la posibilidad de un retorno gradual a la escuela y al trabajo después de Pasqua.
En ese contexto, preocupa, por otro lado, la situación de Africa, pues, desde el primer enfermo por Covid-19, registrado en Egipto el pasado 14 de febrero, ya son 52 países africanos los que reportaron casos, con contagios que desde las capitales se han extendido gradualmente a las provincias.
El impacto de la pandemia en países con “sistemas de salud frágiles” podría ser muy difícil, dijo la OMS. La UE tiene previsto destinar a esa emergencia 15 mil millones de euros, y se mantiene alerta sobre lo que podría suceder en el otro lado del Mediterráneo, o sea, en las puertas de su territorio. (ANSA).
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