TRÍPOLI, 28 de marzo (NNN-HISPANTV) — Casi un centenar de milicianos de gobiernos rivales murieron en el combate más sangriento del año en Libia en medio de la pandemia del coronavirus.
Actualmente en Libia hay dos poderes enfrentados: el Gobierno del Acuerdo Nacional (GAN), reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y dirigido por Fayez al-Sarraj, con sede en Trípoli, la capital, y el Ejército Nacional Libio (ENL), encabezado por el mariscal de campo Jalifa Haftar y con sede en la ciudad de Tobruk (este).
Pese a la “tregua humanitaria” aceptada el pasado domingo por los contendientes a instancia de la ONU para luchar contra el nuevo coronavirus —denominado COVID-19— los nuevos enfrentamientos estallaron el viernes cuando dos aviones de combate bajo el mando de Haftar atacaron un convoy militar del GAN mientras al parecer abandonaba Misrata (noroeste).
Fuentes de seguridad del ENL dijeron que las unidades aéreas lanzaron tres ataques “coordinados y precisos” contra la supuesta columna bélica porque consideraba que ésta se dirigía hacia Al-Heisha y el valle de Zamzam para atacarles.
El bombardeo se produjo en los alrededores de Abu Qurayn, situada en la gran autopista que recorre toda la costa libia y que se halla a medio camino entre la ciudad de Sirte y Misurata, principal y casi único aliado local del GAN.
En declaraciones a la agencia española de noticias Efe, los responsables de seguridad del GAN afirmaron que en el bombardeo murieron 31 de sus milicianos y más de setenta resultaros heridos.
“Los combates se iniciaron en respuesta a los repetidos ataques de las fuerzas de Haftar (…) Nuestras fuerzas respondieron y destruyeron dos blindados emiratíes, cinco vehículos militares y un depósito de municiones de las fuerzas enemigas, que se retiraron. Tenemos informaciones que nos confirman que un total de 60 cadáveres de soldados de Haftar han sido trasladados hoy al hospital Ibn Sina en la región de Sirte”, afirmó una de las fuentes.
Los dos poderes en beligerancia en Libia pactaron el 19 de enero un plan integral para solucionar el conflicto, incluido un alto el fuego duradero. No obstante, las fuerzas de ambas partes han violado con frecuencia la tregua.
— NNN-HISPANTV