WASHINGTON, 27 de marzo (NNN-AGENCIAS) — Cien muertos en 24 horas, un número escalofriante en Estados Unidos, cifras de guerra, que elevó a más de 81 mil el número de casos (1.100 los decesos) y colocó al país por encima de los números negros de Italia y China.

El balance espera despierta y mantiene en la pesadilla a los neoyorquinos, que se actualizan en la televisión en vivo de la una curva de contagios que está lejos de haber alcanzado su pico. “Quizás en septiembre”, aventura el alcalde de la Gran Manzana, Bill de Blasio, quien profetiza: “La mitad de la población de la metrópolis se verá afectada por el coronavirus”, casi 4 millones de personas. “Es preocupante, pero uno debe comenzar a decir la verdad”, acota. Mientras que el gobernador Andrew Cuomo habla de al menos 38 mil casos y 385 muertes en todo el estado y hacen sonar la alarma hospitales, donde los médicos y enfermeras describen “una situación apocalíptica”.
Entonces el epicentro de la pandemia se cada vez más aqu, en Estados Unidos, que con más de 81.400 casos a escala nacional se convirtió, según datos del New York Time en el primer país del mundo por el número de contagios, incluso superando a China e Italia. Y la cifra de más de 1-100 víctimas ahora es realmente aterradora.
Además del número de camas en las unidades de cuidados intensivos tomadas resulta insuficiente en medio de semejante tormenta, lo mismo que la de hisopos para exámenes que confirmen diagnóstico y la de respiradores, y no solo en Nueva York. El brote virulento que estalló en Louisiana, con Nueva Orleans amenazando en convertirse en el Bérgamo de América, también es motivo de gran preocupación en los últimos días.
Solo en las últimas 24 horas, se han registrado 510 nuevos casos (en total aumentaron a más de 2.300) y 18 muertes, con un total de víctimas fatales de al menos 83: un número mayor que el registrado desde el comienzo de la epidemia en California, un estado mucho más poblado. Un crecimiento definido por los expertos como “el más rápido del mundo”, con una trayectoria similar a la de las “áreas rojas” de Italia y España.
La sospecha es que fue un “evento cero” que aceleró exponencialmente la propagación del virus, la tradicional fiesta de carnaval del “Mardi Gras” que el 25 de febrero, como todos los años, atrajo cientos de miles de personas que abarrotaron las calles y locales, Situación particularmente crítica también en Nueva Jersey, en el estado de Washington y en Florida.
En Miami, después del cierre de playas, se ha desencadenado un verdadero toque de queda para el conjunto ciudad: nadie puede salir entre las 10 de la noche y las 5 de la mañana, excepto para aquellos que salen o regresan del trabajo, por emergencias médicas o pasear al perro a menos de cien metros de la casa.
En el Distrito de Columbia, donde se encuentra la capital federal Washington, la alcalde Muriel Bowser ordenó a todos los ciudadanos que se queden en sus casas y decretó el cierre de todas las actividades no esenciales.
Mientras tanto, Donald Trump tironea a su favor en una carta dirigida a los gobernadores y señala que están trabajando nuevas pautas para facilitar las medidas de espacio sociales en áreas del país consideradas de menos en riesgo, mientras en el trasfondo emerge la controversia sobre el paquete de dos mil millones de dólares para “salvar la economía”.
“Estoy severamente decepcionado”, dijo dijo Cuomo, denunciando una vez más la insuficiencia de fondos para Nueva York. “Me parece irresponsable”, denunció. “Aquí estamos en tiempos extraordinarios y la política debe ser puesta a un lado.
No hay excusa, todos tienen que hacer su parte”, dijo.
— NNN-AGENCIAS