Chile muestra preocupación por aumento de temperaturas en la Antártica

SANTIAGO, 17 de febrero (NNN-AGENCIAS) — La tendencia al alza de las temperaturas en sectores de la Antártica es innegable y las consecuencias en el ecosistema ya comienzan a ser visibles, alertó este domingo el biólogo y director del Instituto Antártico Chileno, Marcelo Leppe Cartes.

Foto: ONU

En medios científicos ha crecido a preocupación tras conocerse en las últimas semanas temperaturas inusualmente altas en la Antártica, como efecto del calentamiento global. Un ejemplo es la bahía Fildes, en la isla Rey Jorge, territorio chileno a solo dos horas de vuelo de la ciudad de Punta Arenas, que se ubica dentro del cinturón de frío que establece la corriente circumpolar antártica.

Según señala Radio Universidad de Chile, en la isla Rey Jorge, al norte de la Antártica, no ha nevado desde enero y los primeros días de febrero fueron “veraniegos” para el estándar polar, con temperaturas de hasta seis grados centígrados.

Recordó que el 6 de febrero la base argentina Esperanza registró 18,3 grados, y tres días más tarde científicos brasileños en la isla Seymour registraron 20,75 grados. Al respecto, Marcelo Leppe, llamó a ser cautos y esperar la validación de estos registros por la Organización Meteorológica Mundial.

Sin embargo, señaló que cuando estuvo en febrero en el sector del archipiélago Shetland del Sur, donde hay bases chilenas, “varios glaciares mostraban un aspecto gris, terroso por los sedimentos que comienzan a aflorar ante la disminución de la masa de hielo”.

El científico explicó que el retroceso de los glaciares deja terreno disponible para la llegada de plantas, musgos y líquenes, e incluso se están dando las condiciones para que especies que antes no podían sobrevivir en el clima antártico, ahora sí­ puedan hacerlo y competir con las especies nativas. Los especialistas también advierten que ese aumento de las temperaturas puede acelerar el derretimiento de los glaciares, lo que conduciría al aumento del nivel del mar con consecuencias muy graves para las naciones insulares.

Primera vez que se superan los 20 grados centígrados en esta zona del planeta desde que se tienen registros
El pasado 9 de febrero en la isla Seymour, ubicada frente a la Península Antártica, donde se encuentra la base argentina Marambio, la temperatura tomada levantó las alertas en la comunidad científica.

La Antártida registraba una temperatura récord de 20,75 grados centígrados, superando por primera vez  la marca de 20 grados centígrados desde que se tienen registros.

Poco antes, el pasado 6 de febrero, ya se registró una temperatura récord de 18,3 grados centígrados en la base argentina Esperanza. Ambos registros parecen estar probablemente asociados, al menos a corto plazo, con un fenómeno sobre el área conocido como “viento Foehn”, un calentamiento rápido del aire que desciende por la ladera de una montaña, según explica Randal Cerveny, relator de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) para fenómenos meteorológicos y climáticos extremos.

El récord para la región antártica, es decir, todo el área situada al sur de los 60 grados de latitud, era de 19,8 grados centígrados, tomada en la isla Signy en enero de 1982.

La Península Antártica (el extremo noroeste cercano a América del Sur) se encuentra entre las regiones de calentamiento más rápido del planeta, con un incremento de casi tres grados centígrados en los últimos 50 años. La cantidad de masa perdida anualmente por la capa de hielo antártica aumentó al menos seis veces entre 1979 y 2017.

La mayor parte de la pérdida de hielo se produce al derretir las plataformas de hielo desde abajo, debido a las incursiones de agua oceánica relativamente cálida, especialmente en el oeste de la Antártida y, en menor medida, a lo largo de la península y en la Antártida oriental.

Con una extensión de 14 millones de kilómetros cuadrados (aproximadamente el doble del tamaño de Australia), la Antártida es fría, ventosa y seca. La temperatura media anual varía de aproximadamente -10 grados centígrados en la costa antártica a -60 grados centígrados en algunas zonas del interior del continente.

Su inmensa capa de hielo tiene un espesor de hasta 4,8 kilómetros y contiene el 90% del agua dulce del mundo, suficiente para elevar el nivel del mar en unos 60 metros si se derritiera completamente.

Este registro coincide con un incremento global y continuado de las temperaturas en todo el planeta. El pasado mes ha sido el enero más caluroso del planeta desde que se tienen registros, según el servicio europeo Copernicus sobre cambio climático, así como la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA, en inglés) de Estados Unidos.

La temperatura global de la superficie oceánica y continental fue la mayor documentada en un mes de enero en los 141 años de los que se tiene registro con 1,14 grados centígrados (2,05 grados Fahrenheit) por encima de la media del siglo XX. Esa temperatura supera el récord establecido en enero de 2016 con 0,02 grados centígrados (0,04 grados Fahrenheit) más arriba del promedio.
— NNN-AGENCIAS

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