LA HABANA, 16 de febrero (NNN-PRENSA LATINA) — El límpido paisaje natural de países del este de África oscureció en los últimos días por la presencia de enjambres de langostas del desierto, plaga que pone en riesgo la frágil seguridad alimentaria de poblaciones humanas enteras.
En medio de campos agrícolas y de pastos, y plantas silvestres, arrasados por la nube de insectos depredadores, aumentó la alarma entre los agricultores y ganaderos, preocupados por su subsistencia, al contactar el enorme potencial destructor de ese elemento.
Para corroborar tal afirmación baste decir que, según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), un enjambre de langostas extendido en un kilómetro cuadrado, es decir de 40 a 80 millones de individuos, puede consumir en un día suficientes alimentos para abastecer a 35 mil personas.
Ante el despliegue de millones de langostas del desierto, también conocidas como tucuras, saltamontes o chapulines, encendieron focos rojos gobiernos de territorios como Somalia, Etiopía y Kenya.
En esos países resultaron destruidos por la plaga enormes áreas de cultivos agrícolas, como cereales ?mijo, sorgo, arroz, cebada y maíz-, y legumbres, junto a pastos para el ganado.
Cuando crece el temor ante el aumento en espiral de saltamontes en los mencionados Estados, autoridades de otras naciones como Uganda, Sudán del Sur y Tanzania decretaron alerta máxima ante la extensión del brote de la plaga.
De igual forma, manifestaron preocupación por la formación de nuevos enjambres Eritrea, Arabia Saudita, Sudán y Yemen.
Para realizar un mayor control de chapulines a gran escala e impedir su propagación en el Cuerno de África, según la propia FAO, la comunidad internacional deberá movilizar unos 76 millones de dólares, de los que se recaudó hasta la fecha el 28 por ciento del total.
Esos recursos deberán incrementar la seguridad alimentaria en comunidades afectadas por el ‘bicho devorador’, las cuales requieren de alimentos e insumos como semillas para la siembra de cultivos que satisfagan las crecientes necesidades de consumo de la población y de los animales.
En medio de la compleja situación reinante, Somalia se convirtió el pasado domingo en el primer país de África Oriental en decretar el estado de emergencia ante la invasión de saltamontes, los cuales, según un comunicado del Ministerio de la Agricultura, devastaron numerosos campos de cultivos.
Mediante la campaña de movilización nacional contra las nubes de langostas del desierto, Mogadiscio persigue aunar voluntades y reunir recursos materiales y financieros para erradicar la dañina población en este país.
El territorio somalí, que forma parte del llamado Cuerno de África, resulta afectado por la violencia generalizada en áreas del centro y sur del país, lo cual impide en muchas partes una lucha más efectiva contra el insecto, con medios biológicos y químicos, por parte de personal especializado.
Ante la avalancha de saltamontes, cada uno de los cuales es capaz de ingerir cada día alimentos equivalentes a su propio peso, el gobierno de Uganda delineó un programa especial para exterminar esa especie, la cual invadió parte de la norteña región de Karamoja y amenaza con extenderse a áreas aledañas.
El programa ugandés incluye fumigaciones intensivas en demarcaciones donde está presente la plaga, con el uso de aviones y tractores, dotados de pulverizadores motorizados y manuales, corroboró el portal digital África News, que cita fuentes oficiales.
Por otro lado, de acuerdo con autoridades etíopes, en ese territorio del Cuerno Africano la langosta del desierto está presente en cinco regiones y más de 60 divisiones administrativas locales, pese a que el gobierno emplea cuatro aviones para la diaria fumigación de las áreas afectadas.
Según expertos, la proliferación de la tucura, con capacidad de multiplicarse aún más en la próxima temporada de lluvias, deviene el peor brote ocurrido en el este de África en las últimas tres décadas.
Al referirse a las causas que provocan la multiplicación de la langosta del desierto, el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock, valoró que favorecieron su reproducción los intensos aguaceros en esta temporada y el incremento de los ciclones en el Océano Índico.
Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas António Guterres, consideró que el auge de las temperaturas en los océanos ?fenómeno vinculado al cambio climático- provocó más ciclones, los cuales crean con su humedad el caldo de cultivo perfecto para el aumento de las poblaciones de chapulines.
Cuando se incrementan las inseguridades económicas, sociales y medioambientales en la región, en medio de sequías o inundaciones, la funcionaria de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Keith Cressman, llamó recientemente a aumentar los esfuerzos para proteger los medios de subsistencia de los pobladores de países afectados por la langosta.
Cressman advirtió, en ese sentido, que los enjambres de saltamontes ya comenzaron a poner huevos, lo cual condiciona que otra generación incrementará su cifra. Resulta oportuno apuntar que ese elemento pertenece a los acrídidos, familia de insectos ortópteros con gran capacidad para migrar y reproducirse fácilmente.
Ante la amenaza de que proliferen aún más las langostas del desierto, labriegos en Somalia, Etiopía, Kenya y otras partes de la región, piden a los gobiernos que prioricen los medios para controlar las letales colonias del insecto, para de esa forma salvar la próxima cosecha, la vida humana y la ecología.
— NNN-PRENSA LATINA
Por Oscar Bravo Fong