PARÍS, 19 de enero (NNN-HISPANTV) — Las calles de París, la capital francesa, se han vuelto a llenar de chalecos amarillos. El movimiento social nacido para reivindicar una sociedad más justa, en la que todos puedan vivir dignamente, lleva 62 semanas consecutivas manifestándose.
Ni la indiferencia, ni el desprecio, ni la represión del gobierno han logrado acabar con los chalecos amarillos ni con sus reivindicaciones. Reivindicaciones económicas y sociales. Reivindicaciones que representan para muchos la única vía para sobrevivir en una sociedad cada vez más precarizada.
Hoy los chalecos amarillos quieren influir en la vida política. La presión es ejercida sobre el gobierno, pero también sobre diputados, senadores, alcaldes y concejales. Una presión que empezó en la calle y que quieren trasladar a las urnas.
Mientras tanto, los manifestantes han vuelto a ser objeto de cargas policiales y detenciones en la manifestación parisina.
Aquellos que quisieron ver en los chalecos amarillos un movimiento efímero, se equivocaron. El gobierno tiene que hacer frente desde hace 14 meses a la rebelión ciudadana de unos chalecos amarillos que se han convertido en la punta de lanza de todas las protestas sociales en Francia.
— NNN-HISPANTV
Por Juan José Dorado